De acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante 2021 se registraron en México 1,505,745 casos de lesiones derivados de accidentes de trabajo, de los cuales 4,578 tuvieron consecuencias fatales.
En otras palabras, en México, cada hora ocurren 171 accidentes y cada 2 horas fallece una persona a causa de un accidente de trabajo.
Un accidente no solo es un evento que registra en una bitácora o indicador, también representa una persona lesionada, una familia preocupada, una interrupción del proceso, horas hombre dedicadas a la atención e investigación del incidente, gastos médicos y hospitalarios, días perdidos y un riesgo para la continuidad del negocio.
Internamente, las empresas se encargan de comunicar a su personal la frecuencia de los accidentes a través de esquemas tales como una “Cruz de Seguridad” o la “Pirámide de Bird”, adicional al uso de indicadores de frecuencia y severidad.
Pero ¿por qué realizamos estos indicadores? Más a allá de registrar la cantidad de accidentes o cuán severos han sido, lo que se busca es disminuir, y en la medida de lo posible, evitar la repetitividad del evento y las lesiones laborales.
Es importante que los indicadores sean monitoreados periódicamente y que se tomen las acciones correspondientes ante cualquier cambio. Para esto es necesario el compromiso de todas las partes interesadas para realizar investigaciones ágiles, dar seguimiento al cierre de los planes acción definidos y reevaluar los planes de acción cuando demuestren no ser efectivos.
Sin embrago actuar ante un accidente no es suficiente, se debe dar un paso atrás y trabajar desde la perspectiva de la prevención.
Los empleados son el activo más importante de la empresa, por lo que es de vital importancia promover una cultura de prevención a través de:
· Capacitación continua, no solo en temas de seguridad, sino también en los procedimientos de operación.
· Reporte continuo de actos y condiciones inseguras en los que participen todos los niveles de la organización.
· Empoderamiento de los Brigadistas y miembros de la Comisión de Seguridad e Higiene, como principales promotores de la seguridad.
· Ejecución de análisis de riesgos en los que participen todas las partes interesadas del proceso.
Así mismo parte de la comunicación de seguridad debe recalcar la relevancia de reportar todo accidente o incidente, cuidando siempre los mensajes para evitar que el empleado traten de “cuidar el indicador”.
Recordemos entonces que un accidente no sólo forma parte de un indicador, sino que también denota un sin número de áreas de oportunidad de la empresa, por lo cual la única forma de verdaderamente “cuidar el indicador” es:
· Dar la prioridad para realizar investigaciones efectivas.
· Realizar seguimiento a los hallazgos de seguridad.
· Contar con un liderazgo que promueva una cultural de prevención.
· Motivar la mejora continua de seguridad.
Porque más allá de cuidar el indicador, se trata de cuidar a los empleados y al negocio, ya que los empleados son la clave del éxito de las empresas.
La autora es Miembro del Comité de EHS de INDEX Nuevo Léon.