Aprovechando su ‘supermayoría’, los diputados de la ‘4T’ confirmaron que hoy va porque va la discusión y votación en el pleno de la reforma al Poder Judicial. En San Lázaro aún ni se integran las comisiones, los legisladores no han ni ocupado bien sus oficinas, pero ya la prisa les corre por aprobar el dictamen. Su plan es abrir, sí, la discusión, pero en un momento dado cerrar el debate y proceder con la aplanadora. Los tiempos del “segundo piso de la transformación”…
En la ‘supermayoría’ de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados no todo es unidad ni mucho menos unanimidad. La batalla en contra de los jueces federales de distrito que ordenaron suspender y frenar la reforma al Poder Judicial mostró jaloneos al interior de la fracción guinda. Aunque el coordinador, Ricardo Monreal, pidió ser “prudentes”, el vicepresidente de la cámara, Sergio Gutiérrez Luna, se fue por la libre e impulsó entre sus radicales compañeros el trámite del juicio político. Y lo peor de todo es que lo siguieron otros diputados también del ala ultra del PT. El procedimiento no se concretó, pero por lo que se ve, no ha sido ni será fácil el manejo de la ‘megabancada’ y menos de la ‘supermayoría’.
Según nos comentan en los pasillos azules en San Lázaro, los diputados panistas preparan un acercamiento con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Aseguran que se le plantearía que “la oposición no estará en contra del progreso del país, pero sí buscará atender las causas de la pobreza, la desigualdad y la violencia”. Aclaran que también se solicitará “supervisión y atención especial a las obras en la CDMX”. Lo más importante, nos dijeron, es que en Acción Nacional confían en que “la doctora sí tiene la intención de gobernar de manera autónoma, sin seguir líneas desde el rancho de Palenque”. ¿Lo dirán en serio?
Al interior de la bancada de la ahora chiquillada del PRI en la Cámara de Diputados se supo que no todo es consenso alrededor de su presidente nacional, Alito Moreno, ni de Rubén Moreira, su líder parlamentario. Revelaron algunos diputados que no todos estaban de acuerdo, y algunos ni enterados, de que se salieran del salón de plenos en las dos sesiones del domingo. Primero, según comentaron, porque “en vez de abandonar la plaza, mejor se debe dar el debate” y demostrar con argumentos que la reforma al Poder Judicial es ilegal y peligrosa. Y segundo, que después del auténtico mitin de la titular de Gobernación al entregar el Informe, “todos los diputados deben defender en tribuna la dignidad y el respeto al Congreso y no retirarse”. Mostrar impotencia desde el principio no es buen camino, deslizaron.
“¡No estás sola! ¡No estás sola!” le gritaron sus compañeros a Martha Magaña López, jueza quinto de Distrito en el estado de Morelos y quien otorgó uno de los amparos con los que se buscó frenar la discusión de la reforma judicial en la Cámara de Diputados. En respuesta, y ante las críticas, la juzgadora agradeció el apoyo y se limitó a decir que “ese acuerdo nos representa a todos y esta vez me tocó hacerlo a mí. Si está correcto o no va a haber un tribunal que lo revise, y es así como debería ser la independencia judicial”. Lo cierto es que por mucho apoyo que reciba de su gremio, la embestida desde Palacio Nacional es proporcionalmente más fuerte.
El que anda a marchas forzadas estos días es Mario Delgado, pues si bien hoy su prioridad es la transición y recibir la Secretaría de Educación Pública que tendrá a su cargo, todavía le resta un mes de gestión al frente de Morena. El futuro titular de la SEP entrega a su sucesora –¿alguien tiene duda de que será Luisa Alcalde?– un partido con evidentes buenos números –los que ganaron y los que la oposición dice les regaló el INE y el TEPJF–. Pero sobre todo sin divisiones internas, lo cual se vio reflejado en la elección de las coordinaciones parlamentarias guindas. Los retos en Educación no son menores, así que deberá aplicarse a fondo.