Sin duda, la época de mayor inseguridad que había vivido Nuevo León (NL) fue cuando Rodrigo Medina era Gobernador de la entidad, pero con Samuel García los altos niveles delictivos han regresado, a tal grado que ya los homicidios registrados en lo que va de esta administración superan a los reportados en esa administración estatal.
Lo anterior se desprende de cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que muestran que en los primeros 34 meses del gobierno de Medina se cometieron en la entidad tres mil 859 homicidios.
Por su parte, estadísticas de la Fiscalía General de Justicia de NL indican que en el mismo periodo de la Administración de García, la entidad registra cuatro mil 56 homicidios, 197 más que en el gobierno de Medina.
Así, en los primeros siete meses de este año, se han registrado 980 homicidios en la entidad, 26 por ciento más que los 777 reportados en el mismo periodo del año pasado y la mayor cantidad para igual lapso mínimo desde el 2019.
Expertos en economía y en seguridad consultados por El Financiero señalaron que en el caso de no controlar los índices de inseguridad y los homicidios, que siguen al alza, se podría afectar la llegada de inversión extranjera a la entidad (IED).
Según los datos y la percepción de inseguridad en NL, es un hecho que el gobierno de Samuel García no ha podido enfrentar con éxito el tema de la inseguridad, que lo ha llevado a nombrar a tres Secretarios de Seguridad en menos de tres años de su administración.
Para el economista Marco Antonio Torres, y también especialista en seguridad, los altos índices delictivos que registra NL se deben, entre otras cosas, a la falta de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno.
“En esta administración estatal se ha dejado a la deriva el manejo de la Seguridad Pública. La falta de coordinación entre la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (Fuerza Civil) con las policías municipales y con la Fiscalía autónoma, derivada de las pugnas del gobernador con los legisladores y con la mayoría de los alcaldes, ha impedido y hasta nulificado que se tenga una estrategia contra los delitos de mayor impacto”, indicó Torres.
Agregó que debido a lo anterior, se han disparado los delitos que más lastiman a la ciudadanía, pues los delincuentes, cada vez más organizados, son enfrentados por fuerzas del orden con mayor carencia de recursos y más desarticuladas.
“La inseguridad, para desgracia de México, ya es vista por los inversionistas extranjeros como un costo inevitable, lo que ha incrementado su tolerancia a ello y mientras dicha inseguridad no se refleje directamente en el robo de suministros o de mercancía en un monto tal que rebase a las ventajas de ahorro-costo que representa el nearshoring, no habrá un impacto en la llegada de inversiones”, dijo Torres.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base, señaló que los altos niveles de inseguridad sí afectarían el arribo de nuevas inversiones, pero la cercanía de la entidad con Estados Unidos, minimizaría este impacto.
“La inseguridad sí afecta la llegada de inversiones, porque ésta frena el crecimiento económico, pues genera incertidumbre, pero creo que la inversión extranjera va a seguir llegando por la cercanía que tenemos con Estados Unidos y porque aquí ya hay una cadena de proveeduría, sin embargo en la medida en que siga elevándose, pues las empresas pueden buscar otras entidades y NL poco a poco iría perdiendo atractivo”, advirtió Siller.
