Un centenar de judíos ultraortodoxos protestaron este lunes a las puertas del centro de reclutamiento militar de Tel Hashomer, en la periferia de Tel Aviv, en el primer día de reclutamiento después de que el Supremo israelí tumbara la exención que les mantuvo fuera del Ejército durante décadas.
Hoy, 600 haredim (término en hebreo para referirse a los ultraortodoxos) están llamados a presentarse en las oficinas de reclutamiento israelíes, y otros 500 mañana, según el diario Yedioth Ahronoth, y se espera que a lo largo de la jornada se produzcan más protestas.
“A la prisión y no al Ejército”, clamaban algunos de los ultraortodoxos que se manifestaron en esta zona a las afueras de Tel Aviv en un vídeo difundido por la cadena pública Kan.
En las imágenes se observan enfrentamientos entre los agentes de policía y los haredim, cargando contra ellos y arrojándolos fuera de la carretera en la que algunos protestaban sentados.
La Policía bloqueó las carreteras a la entrada de Tel Hashomer para impedir que los manifestantes se encontraran con los reclutas que han elegido acudir al llamado del Ejército, según Yedioth Ahronoth.
A las puertas del centro de reclutamiento, algunos manifestantes distribuyeron panfletos con el contacto de asociaciones haredim junto al texto: “Querido joven, ¿has tenido problemas con las autoridades militares? No lo dudes, contacta a una de estas organizaciones para obtener asistencia gratuita”.
Según estimaciones del medio israelí Walla, solo un tercio de los convocados terminarán sirviendo en las fuerzas armadas, ya que los propios líderes espirituales de las comunidades haredim han llamado a ignorar las órdenes de reclutamiento del Ejército.
El pasado 11 de julio, el rabino Dov Lando cargó contra el sistema judicial israelí tras eliminar la exención militar de los ultraortodoxos, asegurando que la Justicia había “declarado la guerra al mundo de la Torá”.
Algunos anuncios pegados en el barrio ultraortodoxo de Jerusalén, Mea Shearim, rezan: “Desde la creación del Estado hasta hoy, nunca se había producido un holocausto tan terrible contra los jóvenes del judaísmo ultraortodoxo en Tierra Santa, nunca se había levantado la espada de reclutamiento de mil jóvenes en dos días, y esto es solo el principio”.
El Movimiento para un Gobierno de Calidad en Israel, uno de los principales grupos que han reclamado la integración de los jóvenes ultrarreligiosos en el Ejército, condenó las manifestaciones violentas frente a la oficina de reclutamiento.
El grupo, además, destacó que enviar apenas un par de miles de órdenes de reclutamiento no es suficiente para cumplir con la orden del Supremo, y dijo que utilizará “todos los medios legales” a su disposición para asegurar la igualdad en el servicio militar.
A comienzos de abril expiró una norma temporal que permitía mantener la exención, y numerosos grupos de la sociedad civil han reclamado acabar con los privilegios de los haredim, que representan alrededor del 13 por ciento de la población israelí.
Tras meses de polémica sobre si la medida continuaría en funcionamiento o no, el Supremo israelí decidió que “no existe base legal para excluir a los hombres ultraortodoxos del reclutamiento” y que si no sirven en el Ejército tampoco deben recibir subvenciones educativas y de asistencia social financiadas con fondos públicos.
Después de que la guerra en Gaza llevara a la movilización masiva de unos 300 mil reservistas, también para batallones tanto en la frontera norte con el Líbano como en el territorio ocupado de Cisjordania, muchos israelíes reclaman al primer ministro, Benjamín Netanyahu, que todos los jóvenes cumplieran con su deber militar.
Ahora, los 67 mil hombres haredim elegibles (el equivalente a cinco divisiones militares) se enfrentan a su entrada gradual en las fuerzas armadas.