Justo después de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto del Banco de la Reserva Federal, en donde se volvió a decidir dejar intacto el objetivo de la Tasa de Fondos Federales, se publicó el viernes el reporte del empleo para el pasado mes de julio, que provocó un fuerte ajuste (selloff) en los mercados financieros ante posible evidencia de una recesión. ¿Ha seguido equivocándose la Fed?
El reporte del Departamento de Trabajo nos dijo que el mes pasado se crearon 114 mil puestos, contra una expectativa de 175 mil empleos, y 206 mil plazas creadas en junio. La tasa de desempleo subió al 4.3 por ciento desde el 4.1 por ciento previo, y los salarios (ingreso medio por hora trabajada) están aumentando al 3.6 por ciento anual, frente al 4.2 por ciento de junio.
A primera impresión los datos son más débiles que lo que esperaban los analistas, con lo que los mercados deberían de reaccionar optimistamente a la confirmación de que por fin vendrá el inicio del ciclo bajista de las tasas de interés, lo que los analistas están esperando desde hace más de un año. Pero la reacción de los mercados fue terrible.
El Índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó 5.73 por ciento; el Dax alemán bajó 2.33 por ciento; el FTSE de Londres, -1.31 por ciento; el Nasdaq, -2.43 por ciento; el S&P 500, -1.84 por ciento. No solo las bolsas bajaron, también el petróleo WTI cayó 2.84 por ciento o el bitcoin, -4.30 por ciento. El peso mexicano fue la divisa más afectada, con una depreciación del 1.77 por ciento. El oro como activo de refugio se apreció 0.21 por ciento. La reacción negativa es que estos datos activaron lo que se conoce como la regla Sahm. Un indicador anticipado de recesión complementario a la curva de rendimientos invertida, en los bonos del tesoro, que también ha estado presente desde hace varios meses, y que monitorea en tiempo real la Reserva Federal de San Luis.
Esta receta ideada por la execonomista de la Reserva Federal, Dra. Claudia Sahm, dice que cuando la tasa de desempleo promedio durante tres meses es 0.5 por ciento superior al mínimo de 12 meses, se avecina una recesión; o ya se está dentro de la misma. Hace unos meses, la tasa de desempleo tocó 3.8 por ciento, ahora se reportó en 4.3 por ciento. Desde 1953 y sin contar con este último detonante, la regla Sahm ha funcionado 11 veces, y de ellas, en 10 ocasiones la economía ya estaba en recesión. La única lectura errónea de la regla fue en 1959, cuando la recesión comenzó cinco meses después de que la regla Sahm se activara.
Pero la propia Dra. Claudia Sahm ha advertido que la lectura de la regla no puede ser tan estricta. A principios de este año dijo en una conferencia académica que su teorema podría fallar alguna vez en predecir una recesión, y ponía como ejemplo en predecir una recesión, éste año. En un publicación de Substack de hace unos días expresó que “el aumento de la tasa de desempleo no es tan siniestro como normalmente parecería”. Y esto se debe a que gran parte del aumento de la tasa de desempleo durante el último año no ha sido impulsado por despidos laborales sino por un aumento en la oferta laboral debido a las tendencias de inmigración, y yo le agregaría el incremento en la participación en el mercado laboral. “Es probable que la regla Sahm exagere el debilitamiento del mercado laboral debido a cambios inusuales en la oferta laboral causados por la pandemia y la inmigración”, ha mencionado Sahm.
Otro grave problema del reporte del viernes es que las estadísticas de julio están afectadas por el huracán Beryl. Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que 436 mil personas no pudieron trabajar debido al huracán y 1.08 millones de personas más que normalmente trabajan a tiempo completo solo pudieron encontrar trabajo a tiempo parcial debido al clima.
La semana pasada le comenté la prematura debilidad económica que presenta México desde el segundo trimestre. La incertidumbre política generada por la posible reforma al Poder Judicial, la inseguridad, la corrupción, la falta de un Estado de derecho y las elecciones en EU son factores que pueden generar un frenón en la inversión productiva, pero si a esto se le agrega un escenario de recesión, el 2025 parece ser mucho más complicado y nos puede llevar a una recesión, y a problemas en la captación fiscal, en el déficit fiscal y en la calificación del riesgo soberano.