La organización internacional Igualdad Animal ha recabado más de 50.000 firmas en su campaña para pedir a la organización de los Juegos Olímpicos de París 2024 la retirada del foie gras del menú olímpico, ante su preocupación por el impacto de esta industria en los animales, el medio ambiente y la salud humana.
Atletas, académicos y defensores de los animales han suscrito una carta abierta a los organizadores de la justa olímpica en la que expresan su preocupación tras conocer la inclusión del foie gras en el menú de hospitalities.
Igualdad Animal afirmó en un comunicado haber hecho más de una docena de investigaciones sobre la industria de este producto en Francia y España desde 2012, que confirman el sufrimiento causado en los animales para su producción, por lo que se dirigió a París 2024 el pasado abril para pedir confirmación de que no se serviría el mismo obtenido de esa forma.
Los activistas indicaron que aún no ha recibido respuesta, aunque tiene conocimiento de que el producto está incluido en los paquetes de hospitalities premium, pese a que la organización de París 2024 mantiene estar “centrada en mostrar la comida francesa obtenida, producida y consumida de forma responsable”, con un 80% de comidas de origen local.
“Los Juegos Olímpicos son un faro de concordia internacional, de logros humanos y fraternidad. Servir foie gras -un producto elitista, cruel con los animales e ilegal en muchos países- es decepcionante para cualquiera que crea en la igualdad y la solidaridad y va en contra del espíritu de los Juegos”, dijo Sharon Núñez, presidenta y cofundadora de Igualdad Animal.
Igualdad Animal recordó que el foie gras elaborado mediante alimentación forzada en patos y gansos, pues el platillo se centra en la preparación del hígado de estas aves. La producción forzada de foie gras se concentra en países como Francia, España y Hungría, pero su producción está prohibida en otros como Dinamarca, Alemania, Polonia, Noruega, Luxemburgo y Turquía.
Igualdad Animal recordó que en 2014 presionó con éxito al gobierno indio para que detuviera la importación de foie gras, una medida histórica que lo convirtió en el primer país del mundo en prohibir tanto la importación como la producción del mismo.
