Sin impugnación alguna y entre porras, la 24A Asamblea Nacional del PRI aprobó, por mayoría y a mano alzada, las reformas a los estatutos del partido que permiten la reelección de su actual dirigente, Alejandro Moreno, para el periodo 2024-2027.
A puerta cerrada, sin la asistencia de sus figuras y exdirigentes nacionales, sin acceso a medios de comunicación y con transmisión por redes sociales, el priismo nacional, reunido en el World Trade Center, avaló en fast track 15 artículos de sus estatutos y sus cinco artículos transitorios, que contemplan incluso la posibilidad de que Alito Moreno se quede en el cargo hasta 2032, y la reelección también de sus dirigentes estatales.
Durante la votación del dictamen, Moreno Cárdenas solicitó excusarse de participar y se retiró por unos momentos de la asamblea, y volvió para votar el resto de los dictámenes de reformas.
Priistas que se oponen a la reelección argumentaron que el dirigente tiene bajo su total control la mayoría de dirigentes y delegados estatales, así como de los equipos de trabajo y mesas encargadas de los dictámenes de reformas a los estatutos, a la declaración de principios, al programa de acción y al código de ética.
Indican que los cambios a los documentos básicos del partido dan al presidente nuevas y extraordinarias facultades, como la designación directa de los coordinadores parlamentarios en las cámaras de Diputados y de Senadores, así como la integración del Consejo Político Nacional, entre otras.
Durante el arranque de los trabajos, el diputado Augusto Gómez afirmó que “quienes acusan de traición y de división al partido lo han unido”. En medio de las crecientes críticas de cientos de priistas, Gómez Villanueva dijo al líder nacional: “No es usted un presidente solitario, tiene detrás un ejército civil que sabe dónde nacen y se multiplican las voces de la calumnia anónima y destructiva”.
El senador electo Manlio Fabio Beltrones no acudió a la asamblea por estar en contra de la reelección –así como otras figuras y exdirigentes como Beatriz Paredes, Dulce María Sauri y Roberto Madrazo– y recordó en un mensaje en sus redes sociales que “la no reelección fue acogida como principio de esencia en la Constitución... y fue la génesis que le ha dado vida y consolidación al PRI como partido hasta nuestros días”.
En su mensaje final, Moreno dijo a sus críticos: “No se equivoquen, aquí está el PRI trabajando, estamos unidos por la defensa de la democracia y de las instituciones”. Acusó que “quienes no han dado un solo golpe por el partido y no han sido capaces de repartir un volante no aman al partido, y quien no ama al partido no lo puede defender hoy”.
Los acusó de “cínicos y lacayos al servicio del gobierno y quienes hoy quieren romper la unidad a cambio de impunidad”. Dijo que los que hoy critican “fueron el peor lastre del partido, fueron los que estuvieron al frente quienes castigaron al PRI con el Pemexgate; aquí no vamos a tapar a nadie y les vamos a exigir cuentas”.
“Se acabaron las vacas sagradas y los santones del PRI”, advirtió y reprochó que “ellos abandonaron al PRI cuando más los necesitaba”.
“La inconformidad de quienes disienten es hacia un relevo generacional en los órganos de decisión del partido que ya es irreversible”, añadió; “ese es el problema de fondo. No compartimos las nostalgias del viejo partidazo ni de las recetas provenientes de personajes que florecieron en los tiempos en que el PRI era el partido dominante”, dijo.
“Quienes chantajean y con declaraciones y acciones pretenden humillar o sobajar al priismo, no son priistas ni mediopriistas, son mercenarios políticos y en el PRI no tienen lugar”, acusó.
Rubén Moreira, encargado de la mesa de reformas a la declaración de principios, exhortó a expulsar “del ideario al neoliberalismo, así como a las políticas de ese modelo, generadoras de pobreza”.
En el evento, un grupo al que no se le dio acceso intentó entrar por la fuerza y derribó una puerta de cristal.