Con toda la propaganda electoral que se convirtió en basura, el diseñador Mizael Perea realiza bolsas y gorras para reutilizar dichos materiales.
Lo que para unos puede ser ‘basura’, para otros significa oportunidad de negocio: Un diseñador mexicano encontró en los miles de toneladas de basura que dejó la elección presidencial 2024, una forma de reutilizar la propaganda donde el estilo no se queda atrás.
Gorras y bolsos con el rostro de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, o de Xóchitl Gálvez, forman parte de la colección que Mizael Perea fabricó con lonas y colgantes recolectados en las calles de Ciudad de México.
En su taller de la capital, Perea, de 33 años, cuenta a la agencia AFP que le “impactó mucho” la cantidad de desechos que dejó la campaña, por lo que pensó en cómo aprovecharlos utilizando sus conocimientos como diseñador industrial.
El despliegue publicitario para las elecciones del 2 de junio habría dejado unas 25 mil toneladas de basura solo en Ciudad de México, que tiene aproximadamente 9.2 millones de habitantes, agobiada por problemas de desperdicios y contaminación, según un cálculo citado por Greenpeace.
Perea decidió entonces reutilizar la propaganda para fabricar bolsos y gorras. Algunos objetos muestran el rostro del presidente Andrés Manuel López Obrador o la imagen intervenida, con rasgos exagerados, de Gálvez.
También cosió la mitad de una gorra que promociona a Sheinbaum, de Morena, con otra de su contrincante. “Pienso que hay alternativas (…) ecológicas o que contaminan mucho menos” para hacer campaña, señala.
El diseñador recolectó el material especialmente en puentes peatonales. Hace tiempo notó que un equipo de campaña colocaba propaganda, que poco después fue rasgada o retirada para poner la de otro aspirante.
“Aprovechaba cada salida que tenía para ir a lo que pudiera”, explica Perea, que vende los productos por Internet y en un bazar. En cuanto a los costos, un bolso vale alrededor de 22 dólares (400 pesos de acuerdo al cambio actual).
El creador también reutilizó material que le regalaron las propias campañas electorales.
Previo a las votaciones, activistas de Greenpeace arrojaron propaganda en las sedes de dos partidos y desplegaron pancartas con frases como “la basura electoral es una mala elección”.
Los partidos políticos en México están obligados a presentar un plan de reciclaje de sus anuncios, que además deben ser fabricados con materiales biodegradables.
