“Casa Fatima Ino”, autodenominado “Luxury Moroccan Club”, tenía prevista el evento para el próximo 18 de enero, aunque fuentes municipales aseguran que no cuenta con licencia alguna y que no se celebrará
‘Una isla de libertad’: cuando Torremolinos se convirtió en el oasis hedonista del tardofranquismo
Los promotores de una fiesta denominada Casa Fátima Ino invitaron durante este jueves a su evento, previsto en Torremolinos para el próximo 18 de enero, con un cartel alusivo a la reserva al derecho de acceso y se tacha lo que no tolerará: “Peleas, drogas, gorras, chanclas, maricones”. El evento, que se define como “Luxury Moroccan Club” (club de lujo marroquí), hace esta advertencia junto a un “No” en mayúsculas y rojo y sobre una cruz también roja.
El anuncio de que se prohibirá el acceso a “maricones” se ha colgado en la red social Instagram, que a esta hora es de acceso restringido, y se ha difundido ampliamente durante la tarde del jueves, hasta el punto de generar una respuesta de la alcaldesa en la misma red social. “En Torremolinos no vamos a consentir estas actitudes”, ha escrito Margarita del Cid (PP): “El odio y la homofobia no tienen cabida aquí y vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para prohibir este evento y cualquier actividad de un club que fomente esta lamentable actitud. Los únicos que sobran son ellos”.
Un portavoz municipal aclara que el evento no cuenta con ninguna autorización ni licencia, y que sus promotores habrían anunciado ya su intención de cancelarlo a través de mensajes privados de Instagram con la alcaldesa, en los que también han vertido insultos y se han reafirmado en sus comentarios homófobos. “Vamos a ir a Policía Nacional a denunciar, por el cartel en sí y porque la alcaldesa ha recibido insultos en mensaje privados de los promotores. Ha sido muy desagradable”, explica el portavoz. Los promotores han escrito a través del perfil del evento y no se han identificado.
El Ayuntamiento ha informado que la alcaldesa presentará la denuncia ante la Comisaría de Torremolinos en representación municipal y también en nombre propio, por delitos de injurias y de odio.
La fiesta estaba convocada en calle de la Cruz, 29. Este medio ha intentado contactar con sus responsables en el teléfono de reservas que ofrece la portada de su perfil de Instagram, sin que haya sido posible. Ese teléfono remite a otro local llamado La Gitana Mora Tablao Flamenco, también de Torremolinos.
Torremolinos tiene un pasado y un presente muy vinculado a la comunidad LGTBI. Es un destino turístico principal para este colectivo y el Pride Torremolinos, que se celebra en junio, es una de las principales fiestas del Orgullo del país, con un impacto económico estimado en 88 millones de euros en 2024. Atrae cada año a unas 30.000 personas y suele contar con artistas de primer nivel. En la última edición, Chanel, Nebulossa, E'FEMME o Amatria, entre otras. El año pasado se postuló al Europride 2027, pero no resultó elegida.
La alcaldesa ha resaltado este carácter en sus declaraciones de hoy: “Torremolinos es un prisma de color y de diversidad, es la ciudad donde todo el mundo puede ser lo que quiera ser, y este episodio tan desagradable nos recuerda que no debemos dejar de reivindicar y defender la libertad y los derechos humanos”.
La historia reciente del municipio está también muy vinculada al movimiento LGTBI y su lucha por las libertades, estrechamente ligada en sus inicios a la presencia de una amplia comunidad extranjera que importaban actitudes que en España todavía estaban perseguidas. La dictadura, agarrada ya al maná turístico, no le quedaba más remedio que fingir que no pasaba nada, al menos ante los extranjeros, aunque seguía mostrando de cuando en cuando sus ramalazos represores.
En el Pasaje Begoña, una estrecha callejuela en pleno centro de la localidad, se concentraban en los años 60 decenas de locales y bares, entre ellos un buen puñado abiertamente tolerantes con el colectivo. El franquismo puso fin a aquel oasis de libertad con una brutal redada en 1971. La Policía arrestó a 114 personas, cerraron decenas de locales y la zona comenzó un declive del que nunca se recuperó, a pesar de que hoy es Lugar de Memoria Histórica y “Cuna de los Derechos y Libertades LGTBI”, según la declaración del Congreso de los Diputados y del Parlamento de Andalucía.
