Los caldos nos hidratan y, al ser platos ligeros, también pueden facilitar la digestión
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Con el frío de enero los platos más reconfortantes para preparar estos días son los de cuchara. Pasamos más tiempo en casa y, sobre todo, nos apetece saborear buenas sopas con las que entrar en calor. Los caldos nos hidratan y, al ser platos ligeros, también facilitan la digestión.
En España los grandes platos de cuchara son de invierno y, además, cuentan con una enorme variedad para degustar diferentes sabores y texturas. Si añadimos alguna sopa con un toque asiático nuestro estómago agradecerá este plato humeante que entona el cuerpo en los meses más fríos.
Aquí os proponemos cinco sopas deliciosas para preparar, desde las más clásicas hasta otras más innovadoras.
No hay nada como una sopa de pollo para levantar el ánimo frente al frío. Además de ser muy nutritiva, es un clásico que siempre se prepara en casa para combatir resfriados y gripes o, simplemente, para disfrutar de un buen plato de comida.
A la hora de preparar el caldo realizamos una selección de hortalizas que pueden ser puerro, cebolla, apio, zanahorias y, si queremos que tenga más cuerpo, también le podemos añadir patatas. En lo que respecta al pollo, podemos contar con la carcasa, un muslo y una pechuga, aunque podemos añadir más elementos si vamos a comer muchas personas.
En primer lugar, lavamos bien la verdura antes de pelarla para que no quede ningún resto de tierra. Preparamos una olla grande e introducimos primero los trozos de pollo y, encima, la verdura cortada. Añadimos una cucharada de sal y vertemos dos litros de agua hasta cubrirlo todo. Después se tapa la olla y se deja cocinar a fuego lento durante una hora y media.
Tendremos que usar una espumadera o cuchara para ir eliminando la espuma durante la cocción. Se trata de impurezas de los ingredientes que es conveniente dejar fuera del caldo porque le dejarían un sabor amargo.
Una vez pasado el tiempo de cocción, sacamos las verduras por un lado y el pollo por otro. Colamos el caldo con un colador grande y lo vertemos de nuevo en la olla con fideos, que dejamos cocer los minutos que indique el fabricante. A continuación, añadimos todos los ingredientes y ya tenemos una humeante sopa recién hecha.
Para cocinar este sencillo plato ponemos en una olla los ingredientes en crudo, después de haberlos lavado y pelado aunque sin trocear. A continuación, añadimos un chorreón de aceite de oliva y agua hasta cubrirlos. Se deja cocer a fuego lento durante una hora y después, sacamos el pescado y los vegetales.
Antes de finalizar, pasamos por la batidora el perejil, la cebolla, el tomate y los dientes de ajo; picamos el pescado, las zanahorias y la patata. Después lo volvemos a colocar todo en la olla y lo dejamos cocer diez minutos más. Dispuesta para servir en el plato.
Para que el arroz integral y la quinoa queden perfectos es importante lavar y dejar en remojo la semilla durante al menos media hora. Por otro lado, el arroz integral tarda más en cocer, así que lo mejor es cocerlo antes y dejarlo enfriar antes de mezclarlo con los vegetales. Además, el arroz integral cocido y enfriado es más fácil de digerir.
Después picamos las verduras, como la cebolla, pimiento rojo y zanahoria -aunque puedes variar a tu gusto y añadir tantas como quieras al plato-. Se calienta en la sartén un chorro generoso de aceite de oliva y se le añade las verduras y el ajo picado y se sofríe durante unos minutos. A continuación, le añadimos la quinoa y el arroz integral al sofrito y se mezcla con un caldo de verduras que puede ser envasado. A la hora de las especias se puede añadir perejil, azafrán, cilantro o comino, según tu gusto.
El ramen es un plato popular de Japón. A pesar de que el ramen es el ingrediente que le da nombre a la receta, es el caldo y el resto de alimentos los que le aportan el sabor.
Para prepar esta sopa calentamos aceite de sésamo en una sartén profunda y salteamos el jengibre y el ajo. Añadimos el caldo de pollo y el caldo del alga kombu y dejamos que hierva. A continuación, echamos azúcar, sal, salsa de soja y sake. Lo dejamos hervir durante tres minutos y lo reservamos.
Después ponemos agua abundante para hervir en una cazuela y cocemos el ramen durante unos cinco minutos. Tras ello, escurrimos la pasta y servimos el caldo en cuencos individuales junto con una buena ración de ramen en cada uno de ellos. Y, finalmente, esparcimos por encima el cebollino en un plato que debe quedar caldoso.
Esta es una de las sopas más clásicas del invierno y, también una de las más asequibles. Además, se le pueden añadir verduras como la zanahoria, que le aporta un toque dulce.
Colocamos un hueso de jamón blanco, pollo, puerro y apio, taquitos de jamón en una olla y un chorreón de aceite y cubrimos los ingredientes con agua. Lo ponemos a fuego medio hasta que llegue a ebullición, momento en el que tapamos la olla y bajamos el fuego.
Mientras se va haciendo la sopa, ponemos a cocer los huevos en un cazo aparte con agua. Una vez hervidos (en unos 10 minutos), los retiramos y pelamos. Cortamos el pan, tostado o sin tostar, en cuadrados pequeños y servimos la sopa junto con el huevo picado y el pan.
Esta sopa se suele acompañar además con fideos o arroz cocido y unas hojas de hierbabuena que le da aroma.
