La Encuesta de Calidad de Vida municipal aprueba con un 5,3 la labor del Gobierno de Almeida, casi un punto menos que hace dos años.
Una de cada cinco viviendas asequibles en alquiler del Ayuntamiento de Madrid no se adjudicaron en el último sorteo
Importante toque de atención en Cibeles por la última Encuesta de Calidad de Vida elaborada por el Ayuntamiento de Madrid, con datos de 2024. La vivienda ha pasado a ser el problema más grave para los habitantes de la ciudad, con un nivel de preocupación que no se observaba para ninguna otra circunstancia en los útlimos años. El 24,4% de los madrileños lo identifica como su mayor problema y el 37,4% como uno de los tres principales.
El problema de la vivienda ya subió muchos puestos en la encuesta del año pasado, aunque por entonces solo representaba el principal problema para el 9,7% y el tráfico, la limpieza o la contaminación estaban por encima. Hoy todas ellas se sitúan por debajo de los problemas de los madrileños, a gran distancia: el tráfico/atascos se queda en el10,6% y la contaminación/medioambiente en el 5,6%. La limpieza ya no es vista como uno de los tres primeros problemas, como en años anteriores y cae al cuarto lugar. Suben la preocupación por el alto coste de la vida (de 7,9% en 2022 a 13,3% ahora) y el paro y el empleo precario (de 6,1% al 10,8%).
Los datos, desgranados por la portavoz municipal después de su presentación en la Junta de Gobierno de este jueves, son preocupantes para el Gobierno municipal ya que su nota ha caído también notablemente con respecto al año pasado: los ciudadanos puntúan al equipo de Almeida con un 5,3, frente al 5,9 de 2023 o al 6,1 del año 2022, según las valoraciones de anteriores ediciones consultadas por este periódico.
El descrédito por los gobernantes se extiende también a otras administraciones. La puntuación a la Comunidad de Madrid baja también al 5,2 (del 5,9 del año pasado) y la Adminstración del Estado incluso suspende con un 4,2, un año después del 5 raspado obtenido en la encuesta de 2023.
“Estas cifras van en la línea con las encuestas que se están haciendo a nivel nacional, es una preocupación generalizada en todo el país”, ha matizado la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, para justificar el ascenso del problema de la vivienda. “Es una inquietud compartida por este equipo de Gobierno, por eso puso en marcha una concejalía específica para políticas de vivienda”, añadía.
El Ayuntamiento de Madrid ha concentrado su acción en ampliar la oferta, construyendo más pisos tanto a través de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) como cediendo suelo a promotoras privadas para que levanten pisos con algunos niveles de protección. También se está esforzando en aprobar desarrollos urbanísticos en distintas partes de la ciudad.
Sin embargo, el Gobierno de Almeida rechaza de plano pedir la limitación a los alquileres que permite la Ley de Vivienda estatal. Otros municipios de la región sí que lo han solicitado. Ayer miércoles una joven vecina de Malasaña reclamaba esta limitación al alcalde, durante su paseo por el Dos de Mayo mientras comprobaba el funcionamiento de sus nuevas cámaras de vigilancia.
Los datos de la encuesta municipal, la más importante de este tipo que tiene lugar cada año, indican que también ha descendido -ligeramente- la satisfacción de vivir en Madrid, que se queda en un 7,7 de nota, una décima menos que en 2023 y dos menos que en 2021.
Los aspectos mejor valorados relativos a la calidad de vida son la oferta cultural, ocio y diversión (8,2), seguida por la imagen internacional de Madrid (7,7), la facilidad para hacer deporte (7,6) y la movilidad y el transporte público (7,5). Las únicas dos cuestiones que no superan el aprobado, al igual que en la anterior encuesta, son el coste de la vida (4) y la facilidad para encontrar una vivienda en el marco de sus posibilidades (3,3, frente al 3,5 del año pasado).
Respecto a la movilidad, el medio de transporte más utilizado por los ciudadanos para los desplazamientos cotidianos continúa siendo el Metro (64,8%), aunque baja varios puntos con respecto a la encuesta del año pasado (66,4%), al igual que el resto de transportes públicos. El uso del bus urbano baja del 62,9% al 60,3%) y el tren de Cercanías del 21,1% al 19,5%.
Los desplazamientos en coche, sin embargo, han aumentado en el último año: el 50,8% de los madrileños indican que usan su turismo particular para sus viajes cotidianos frente al 49,2% que lo hacía en 2023.
