El respaldo a la ultraderecha por parte del magnate y asesor de Trump preocupa a los líderes europeos, que hablan de una "internacional reaccionaria" e incluso de injerencia extranjera, algo que la Comisión Europea evita decir. Bruselas ve libertad de expresión en el alineamiento de Musk con Alternativa por Alemania y sólo controlará la neutralidad del funcionamiento y los algoritmos de una plataforma que ya tiene procedimientos abiertos por desinformación
Elon Musk se lanza a apoyar a la extrema derecha en Europa
Una vez logrado el regreso del populista republicano Donald Trump a la Casa Blanca, el magnate Elon Musk, que es uno de los asesores del presidente electo de Estados Unidos, ha puesto el foco en los procesos electorales que se aproximan en Europa para dar su apoyo a las fuerzas ultras, como Alternativa por Alemania. Los comentarios cada vez más habituales y la campaña a favor de esas formaciones, incluso la posibilidad de financiar a algunas como a Nigel Farage en Reino Unido, han desatado las alarmas en la mayoría de capitales europeas, incluida Bruselas. No obstante, la Comisión Europea admite que su capacidad de actuación ante el altavoz que supone el dueño de X (antes Twitter) es limitada y se circunscribe a controlar la neutralidad del funcionamiento y los algoritmos de la plataforma, que ya tiene expedientes abiertos por incumplir las normas de la Ley de Servicios Digitales (DSA) por desinformación.
Más allá de su indisimulada amistad con la primera ministra ultraderechista italiana, Giorgia Meloni, y de sus flirteos con la ultraderecha británica, Musk se lanzó a hacer campaña por los ultras alemanes a las puertas de las elecciones en ese país del próximo 23 de febrero. “Sólo Alternativa por Alemania puede salvar a Alemania”, expresó en su red social a mediados de diciembre. También llamó “tonto incompetente” al canciller socialdemócrata, Olad Scholz, de quien dijo que debía dimitir “inemadiatamente” tras un atentado en un mercadillo navideño. A partir de ahí, los mensajes sobre asuntos europeos han sido cada vez más comunes.
Los líderes europeos no ocultan su preocupación en un momento en el que, además, la relación con Trump es una de las grandes incógnitas del nuevo mandato ante un recrudecimiento de la guerra comercial. Y Musk es uno de los asesores que le susurra al oído.
Pero lo que emite la Comisión Europea es que se hay poco margen de maniobra porque consideran que a las opiniones de Musk las ampara la libertad de expresión, que está en el “núcleo” de la normativa digital europea. “El señor Musk puede expresar sus puntos de vista personales, sus opiniones políticas en la UE, online y offline. Este es su derecho”, expresó el lunes el portavoz de la Comisión Europea para asuntos digitales, Thomas Regnier, quien evitó referirse a “injerencias” extranjeras dado que Musk forma parte del equipo del próximo presidente de EEUU.
Lo que sí tiene bajo vigilancia la Comisión Europea es a X. “Es necesario asegurarse de que la plataforma opera dentro de los límites legales y que la plataforma no se utiliza indebidamente ante riesgos sistémicos relacionados, por ejemplo, con los procesos electorales o el discurso cívico”, agregó Regnier. En otras palabras, lo que pueden hacer los organismos de control europeos es supervisar el cumplimiento de las reglas respecto al funcionamiento de la plataforma y los algoritmos, es decir, que las opiniones de Musk, que tiene más de 211 millones de seguidores, no prevalezcan sobre otras en la red social.
Esa neutralidad se la exige, por ejemplo, ante la videoconferencia en directo que tiene programada con la líder de Alternativa por Alemania, Alice Weidel, este jueves. En la charla, ambos podrán decir lo que quieran, pero lo que los controladores digitales vigilarán es que no se dé una primacía a ese evento online a través de los algoritmos. “Nada en el DSA prohíbe que el propietario de una plataforma, o cualquier persona, organice un livestream y exprese sus opiniones personales. Lo que analizaremos en el marco del presente procedimiento son los riesgos sistémicos que pueden derivarse de determinadas prácticas en la plataforma, incluido dicho livestream, por ejemplo, el impulso de los sistemas de recomendación para impulsar dicho livestream”, expresó el portavoz de la Comisión.
X (antes Twitter) tiene varios procedimientos de infracción de las reglas digitales de la UE abiertos. Uno de ellos por incumplir las normas de lucha contra la desinformación. Otro por lagunas respecto a la transparencia y el acceso de los datos públicos. La resolución de esos expedientes puede culminar en una multa multimillonaria que puede ascender al 6% de la facturación global de la compañía. No obstante, el dinero no parece ser un problema el magnate que impulsó sorteos millonarios en las elecciones de Estados Unidos.
Musk llegó a cuestionar la cancelación de las elecciones en Rumanía precisamente por las injerencias detectadas de actores extranjeros. La UE en este caso puso en la diana a TikTok por alentar al candidato prorruso que ganó esos comicios. En los últimos días, los ataques se han centrado en el primer ministro británico, Keir Starmer, por los casos de violaciones que se produjeron hace años. El líder laborista se defendió contra quienes “propagan mentiras y desinformación”.
Más duros han sido los dirigentes alemanes o Emmanuel Macron, que han hablado de interferencias en las elecciones. El presidente francés acusó a Musk de “apoyar una nueva internacional reaccionaria”. Macron avisó de que hay “una internacional de reaccionarios” que representa a “grandes intereses financieros privados”, que aprovecha que “nuestras democracias liberales no han sido suficientemente eficaces” en la protección de la clase media, informa la Agencia EFE.
“No recuerdo, en la historia de las democracias occidentales, que haya habido un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo”, dijo Friedrich Merz, el candidato de la CDU que parte como favorito para las elecciones alemanas en una entrevista a los periódicos del grupo Funke Media. El líder de los liberales y exministro de Finanzas, Christian Lindner, que en el pasado demostró ser admirador del magnate, le acusó de querer “generar caos” y “debilitar” el país centroeuropeo al apoyar a la ultraderecha.
Por el momento, la Comisión Europea ha convocado una reunión con los coordinadores responsables de hacer cumplir la DSA, con las plataformas (incluida X) y las organizaciones de la sociedad civil para analizar los “riesgos” de cara a las elecciones alemanas.
