Dana Willbanks y su equipo diseñaron las herramientas para amortiguar el impacto sobre la ciencia de la primera legislatura de Trump y ahora se preparan para los ataques que vendrán a partir de enero
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“Cuando el gobierno ignora la ciencia, es como un camionero que lleva una venda en los ojos y conduce basándose en lo que le susurran al oído”. Esta frase, pronunciada por Michael Gerrard en enero de 2018 durante la presentación del Silencing Science Tracker (algo así como el “Rastreador de silenciamientos de la ciencia”), resume muy bien el espíritu que llevó a la creación de esta herramienta.
Por entonces Donald Trump llevaba un año al frente del gobierno de Estados Unidos y los miembros del Centro Sabin de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia y el Fondo de Defensa Legal de la Ciencia del Clima (CSLDF, por sus siglas en inglés) crearon un sistema en el que registrar los ataques a la ciencia. Su intención era dejar constancia de los atropellos y que la gente del futuro pudiera recordar lo sucedido para reparar los daños y aprender la lección.
Una de sus responsables es Dana Willbanks, coordinadora de comunicación del CSLDF, quien ha documentado meticulosamente, junto a un pequeño equipo de colaboradores, las estrategias que ponen en marcha los trumpistas cuando llegan al poder, como sacar el cambio climático de los libros de texto, colocar a personas sin formación en puestos científicos de alta responsabilidad o dejarlos vacantes. Hasta julio de 2024, el rastreador recogió 531 casos de censura, supresión de información, tergiversación de hechos científicos y otras acciones políticas o administrativas contra la ciencia en los Estados Unidos, un registro que con toda probabilidad crecerá exponencialmente con la nueva victoria de los republicanos.
Hasta julio de 2024, el rastreador recogió 531 casos de censura, supresión de información, tergiversación de hechos científicos y otras acciones políticas o administrativas contra la ciencia en los Estados Unidos
Tras conocer los primeros nombramientos de Donald Trump para su gabinete, desde el antivacunas Robert F. Kennedy Jr. para dirigir el Departamento de Salud al negacionista climático Lee Zeldin para dirigir la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), Willbanks y su equipo trabajan sin descanso para unir fuerzas con otros grupos y afrontar una nueva embestida contra los investigadores. Porque, como resumía esta licenciada en Humanística y Estudios de la Mujer en la Universidad McGill en Montreal en un reciente artículo, es fundamental que “hagamos nuestro trabajo para proteger la libertad y la integridad científicas y quitemos la venda de la ignorancia y la apatía”.
Charlamos con Willbanks por videoconferencia sobre los riesgos que se avecinan y los posibles mecanismos de defensa.
Tras la destrucción del tejido científico que hizo Trump en su primera legislatura, ¿temen que la segunda sea apocalíptica?
Sí. Esa es, en gran medida, la situación a la que nos dirigimos de nuevo.
¿En qué consiste su trabajo con el “Rastreador de silenciamientos de la ciencia"?
Bueno, esa es solo una parte de lo que hacemos. En realidad, nuestra actividad empezó en 2011 como una respuesta directa al científico climático Michael Mann, que recientemente ha ganado un gran caso contra los troles de derechas que iniciaron una persecución contra él. Fue nuestro primer cliente y necesitó defensa legal para los ataques a los que se enfrentaba. El Fondo de Defensa Legal de la Ciencia del Clima nació de ese caso y de la comprensión de que hay muchos otros científicos que se encuentran en situaciones similares que no pueden permitirse o no saben cómo encontrar asistencia legal. Desde ese momento hemos trabajado con cientos de científicos, ya sea simplemente dándoles asesoramiento legal uno a uno, o llevando sus casos hasta llegar a una demanda u otra defensa legal por la que no tienen que pagar. Por eso estamos aquí.
¿Parte de la estrategia de los partidos populistas de extrema derecha es atacar legalmente a los científicos y llevarlos ante la justicia?
A veces. Aunque la estrategia más frecuente consiste en malinterpretar los hallazgos científicos y luego usar una lógica defectuosa en la creación de políticas o la aprobación de leyes. Tergiversar los hallazgos para que se ajusten a una narrativa política en lugar de usar la ciencia real. También hay muchos casos de acoso en el lugar de trabajo, de degradar a las personas de sus puestos o de recortes en su financiación. Y se juega a cambiarles de lugar dentro de la agencia en la que estén, poniéndolos en puestos donde no suelen trabajar. El acoso puede presentarse en todo tipo de formas, pero lo más habitual no es hacerlo por la vía judicial. La estrategia es retorcer los argumentos y acusar a los científicos del aumento de la desinformación, decirle a la opinión pública que los científicos les están mintiendo. Tienen una agenda muy clara.
La estrategia es retorcer los argumentos y acusar a los científicos del aumento de la desinformación, decirle a la opinión pública que los científicos les están mintiendo
¿El Silencing Science Tracker fue una herramienta para documentar esos atropellos?
El rastreador se inició a principios de 2018, cuando Trump solo llevaba un año en el Gobierno. Y ya había una enorme, asombrosa cantidad de movimientos anticiencia por parte de su administración. Como bien dices, se inició como una forma de documentarlo todo, para tener una lista actualizada de todas las cosas que Trump estaba haciendo, pero también los estados, las juntas escolares o el Congreso. El objetivo era mantener el registro histórico, porque con alguien como Trump siempre hay mucho ruido. Esta fue una forma de decir: oye, mira, todas estas cosas también están sucediendo. Y nuestro material se ha utilizado en audiencias del Congreso, la senadora Elizabeth Warren hizo referencia a él en un documento que hizo, por ejemplo. Así que hemos tenido algunos años de práctica con Trump y nos estamos preparando para cuatro años más. Porque lo que viene, ni nos lo podemos imaginar.
¿Hay alguna otra organización como la suya en los EEUU?
Somos la única organización en los Estados Unidos que presta este apoyo legal gratuito específico.
¿Y su enfoque está solo en la ciencia del clima, no en otros campos?
Eso es lo que estamos viendo ahora con la segunda llegada de Trump, porque todo está tan interconectado, el clima y la salud pública. Comenzamos como una organización climática y ese sigue siendo nuestro enfoque, porque es un problema tan grande y tan masivo y porque los científicos de este campo reciben muchos ataques. Pero estamos empezando a ver algunas de las otras cosas. Y como verás en el rastreador, vamos más allá del clima en el sentido de que nos adentramos más en, ya sabes, las vacunas y la salud pública y cosas así.
En España hemos visto colocar a un experto en festejos taurinos en un puesto de coordinación de emergencias, ¿una de las estrategias es colocar a gente sin preparación en puestos clave?
Sí, esa es una de las estrategias que se están poniendo en práctica en Estados Unidos. Si nos fijamos en las selecciones que ha hecho Trump para su gabinete, como Robert F. Kennedy Jr. para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos cuando es abiertamente antivacunas y pide a la gente consumir leche cruda, y en cada uno de los elegidos por su gabinete, eso cae en esa categoría de poner a personas que no tienen ninguna o mínimas calificaciones, que no son científicos, que no son expertos, pero que se ajustan a su política.
Estas estrategias son tan frecuentes en la extrema derecha global que me pregunto: ¿es parte del plan puesto en común entre estos partidos?
Mi opinión personal es que forma parte del libro de estilo de los movimientos autoritarios y consiste en elevar a las personas que han mostrado una lealtad inquebrantable, pero también a las que les gusta trolear al adversario. Tenemos una división muy, muy profunda en Estados Unidos entre demócratas y republicanos. Y lo que estamos viendo mucho es que Trump sabe que estas personas extremadamente poco cualificadas van a molestar a los demócratas y a los científicos y a toda la gente que es más inteligente que él, que no le gusta. Esa es mi opinión.
Trump sabe que estas personas extremadamente poco cualificadas van a molestar a los demócratas y a los científicos y a toda la gente que es más inteligente que él, que no le gusta
En su experiencia, ¿hay alguna manera de proteger a las estructuras políticas de estos ataques a través de la legislación u otras medidas?
Es difícil, porque Trump es solo una parte de las tres ramas del Gobierno, pero los otros dos poderes, el Congreso y la Corte Suprema, ya han demostrado que están de su lado. En tiempos normales, él habría propuesto a estas personas y el Congreso habría dicho que no, que no tienen ninguna de las cualificaciones que necesitamos para dirigir esta enorme administración. Pero ahora muchos de esos controles y equilibrios se están desvaneciendo, por desgracia.
Esos 531 casos de censura y ataques a los científicos que han contabilizado, ¿cómo son? ¿Qué características comparten?
Son ataques a la ciencia y a los científicos en general. Algunos de ellos son ataques a la educación científica desde la escuela primaria. Lo que hacemos es llevar un registro de los cambios en los libros de texto, donde eliminan todas las referencias al cambio climático, por ejemplo. El rastreador cubre todo, desde el presidente hasta las juntas escolares que toman decisiones sobre los libros de texto. Y diferentes cosas que están haciendo los diferentes estados. Hay un gran movimiento en los EEUU en este momento para cambiar las cosas y darles más capacidad de decisión a los estados, lo que estaría bien, si los funcionarios electos en los estados escucharan a los científicos, pero muchos de ellos no lo hacen.
Y, así, vemos muchos casos, como en Florida y Texas y otros estados predominantemente republicanos en los que, increíblemente, la ciencia ni siquiera se tiene en cuenta. Ya sabes, como Ron DeSantis, en Florida, que es una persona horrenda y firmó una ley que eliminó todas las referencias al cambio climático de las leyes estatales. Esto, mientras el estado se está hundiendo literalmente por el cambio climático. Así que hay una desconexión entre los movimientos políticos y la realidad en la que vive la gente. Y, debido a la desinformación y al mundo político altamente polarizado, la gente no parece ser capaz de hacer esa conexión.
En España, después de estas terribles inundaciones, se han reforzado las posiciones de quienes niegan el cambio climático. Y esa parece ser la tendencia, ¿a qué se debe este fenómeno?
Creo que tiene que ver con la idea de la escasez, que solo hay una cantidad finita de recursos, lo que con el cambio climático se está volviendo cada vez más cierto. Y así se le ha enseñado a la gente que, bueno, si alguien más obtiene algo, eso me lo quita a mí. Ya sabes, esa es en gran parte de la razón por la que Trump ganó, la idea de que somos nosotros contra ellos. Si tienes problemas financieros, el alquiler es que los costos de la vivienda están por las nubes y la gente tiene problemas para subsistir, hay algunas personas que son realmente buenas para explotar ese miedo, ansiedad e inseguridad.
¿Cuál es el plan de su organización de cara al futuro con esta situación?
Acabamos de salir de nuestra reunión de equipo y estamos formando diferentes asociaciones porque hay muchos grupos que están en la misma posición que nosotros, que son organizaciones sin ánimo de lucro. Hemos estado haciendo este trabajo por un tiempo y ahora, de repente, las cosas se han vuelto a torcer. Así que me estoy viendo no solo con nuestro grupo, sino con muchos grupos que quieren acercarse y conectarse y descubrir cómo podemos combinar esfuerzos para evitar que podamos retroceder aún más.
Para nosotros, se trata de ofrecer ayuda legal personalizada para científicos individuales. Otros grupos con los que nos estamos asociando están demandando a todo un estado o a la administración o a entidades más grandes para tratar de evitar algunas de las cosas más locas contra la ciencia. Acabamos de reunirnos con ProPublica para hablar sobre cómo pueden ayudar a amplificar el rastreador y el trabajo que estamos haciendo. Muchos están buscando formas de entrar en la pelea, así que vamos a seguir haciendo esto. Estamos buscando agregar personal. Muchos becarios de investigación de posgrado y estudiantes de derecho y otras personas, que son muy jóvenes y muy entusiastas, se están uniendo a la lucha.
Nos estamos reuniendo con muchos grupos que quieren combinar esfuerzos para evitar que podamos retroceder aún más
¿Cuál es su consejo para los científicos de España que presumiblemente pueden vivir esta situación en el futuro?
Yo les diría que hagan cosas como estas, que hagan las conexiones con otros grupos y personas que han hecho esto antes. Nosotros también estamos trabajando con científicos que han pasado por el exprimidor bajo la administración anterior de Trump. Estamos haciendo un proyecto para que den testimonios de cómo fue, para recordarles que no están solos. Incluso si te sientes solo, no tienes que enfrentarte a este acoso por tu cuenta. Recuerden que hay países enteros que han lidiado con esto antes y lo han superado de una forma u otra. Y por eso conectarse de esta manera es realmente importante.
Estamos trabajando con científicos que han pasado por el exprimidor bajo la administración anterior de Trump. Estamos haciendo un proyecto para que den testimonios de cómo fue
Escuchándola, me he acordado de ese mundo de la película Interestelar, de Christopher Nolan, en el que la NASA ha pasado a ser una organización secreta. ¿Son ustedes como la resistencia?
Sí, esos somos nosotros. Todas las reuniones que he tenido recientemente han sido con personas que dicen: estamos listos, vamos a luchar. Vamos a hacer esto, pero realmente no sabemos qué va a pasar. Sabemos que va a ser malo, pero no sabemos cuánto.
A veces se pregunta uno qué le ha pasado a parte de la humanidad en la última década para separarse tanto de la ciencia…
Sí, parece que hemos dado un gran paso atrás y nos hemos olvidado de la idea de una humanidad compartida.
Lo hacemos por nuestros hijos, para allanarles el camino y enseñarles las lecciones que estamos aprendiendo y evitar que esto vuelva a suceder
¿Tiene algo optimista para el final de la entrevista?
Yo tengo una hija de dos años, y estaba pensando en esto de manera muy personal. Después de que Trump fuera reelegido, mi marido y yo dijimos ¿qué hacemos? Aquellos de nosotros que hemos pasado por la presidencia de George W. Bush y luego por Trump por primera vez, y ahora estamos pasando por esto de nuevo, estamos haciendo este trabajo para prepararnos para lo que se avecina aquí y en Europa y dondequiera que vayamos a absorber el golpe. Y lo hacemos por nuestros hijos, para allanarles el camino y enseñarles las lecciones que estamos aprendiendo en este momento para, con suerte, evitar que esto vuelva a suceder.