La jalea real se vende en herbolarios y supermercados a precios elevados que multiplican los de la miel, pero ¿compensan el gasto sus beneficios para la salud?
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En el Olimpo existía la ambrosía, el alimento de los dioses. En las colmenas, también hay algo reservado para las élites. La jalea real es una sustancia nutritiva producida por las abejas obreras exclusivamente para alimentar a las larvas y a la abeja reina. Rica en proteínas, vitaminas (como la B5 y B6), minerales y antioxidantes, se le atribuyen propiedades beneficiosas para la salud humana, como el fortalecimiento del sistema inmunológico, mejora de la piel, aumento de la energía y efectos antiinflamatorios. Sin embargo, ¿justifican estos supuestos beneficios los elevados precios que alcanza este alimento?
La recolección se realiza extrayendo manualmente la jalea real de las celdas reales, donde se acumula en pequeñas cantidades. Este proceso es laborioso y requiere mucho cuidado para no dañar a las abejas ni a la colmena.
La jalea real es cara debido sobre todo a que la producción es limitada, ya que cada colmena produce solo unos pocos gramos al año. La recolección es manual y laboriosa. Para terminar de completar las dificultades, la jalea real es perecedera, lo que requiere un manejo y almacenamiento adecuados para mantener su frescura y eficacia.
La jalea real pura puede alcanzar precios de hasta 1.000 euros el kilo, aunque hay que tener en cuenta que se compra en envases pequeños, de unos 20 o 30 gramos, por unos 20 euros. En otros casos, la jalea real se vende en cápsulas o ampollas que contienen unos miligramos de jalea real, normalmente con una base de aceite y suplementada con vitaminas u otros compuestos como la equinácea. En comparación, podemos conseguir un kilo de miel cruda de alta calidad por unos 20 euros.
La miel es azúcar en un 80%, pero contiene cantidades pequeñas de vitaminas, minerales y antioxidantes. La jalea real es también una sustancia compleja, pero está compuesta principalmente por agua, que representa entre el 60 y 70% de su peso. También contiene azúcares, principalmente glucosa y fructosa, que representan entre el 10 y 16% de su composición, y lípidos, especialmente ácidos grasos, que forman aproximadamente el 3 al 6%
Las proteínas suponen entre el 12 y el 15%, destacando las proteínas únicas conocidas como major royal jelly proteins (MRJPs). Estas proteínas y sus péptidos (fragmentos de proteínas) derivados tienen actividades antiinflamatorias, moduladoras del sistema inmunitario, antimicrobianas, anticancerígenas, protectoras contra la hipertensión, reguladoras del colesterol, promotoras del crecimiento, cicatrizantes y neuroprotectoras.
La jalea real es rica en vitaminas del complejo B, como la tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantoténico (particularmente abundante), piridoxina, biotina, ácido fólico y cobalamina, además de contener vitamina C en menor cantidad. Los minerales presentes incluyen hierro, calcio, silicio, magnesio, potasio, sodio, zinc, cobre y manganeso.
Sin embargo, no merece la pena confiar en la jalea real como fuente de vitaminas y minerales. El problema es que la concentración de estos micronutrientes es muy pequeña, y la jalea real se consume en cantidades muy reducidas. Una cucharadita de jalea real, unos 5 gramos, contiene apenas 2 miligramos de vitamina B5, la más abundante en la jalea real, pero la cantidad diaria recomendada es de más del doble, 5 miligramos. Otras vitaminas aparecen en cantidades aún más insignificantes, comparadas con las necesidades diarias.
Además, la jalea real contiene compuestos antioxidantes como flavonoides, fenoles y ácidos grasos específicos, entre ellos el ácido 10-hidroxi-2-decenóico (10-HDA), conocido por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. La buena noticia es que los antioxidantes son necesarios en cantidades muy pequeñas, mucho menos que las vitaminas o principales minerales.
Tomar una cucharada de jalea real con el yogur por las mañanas es poco probable que haga ningún daño, pero ¿produce algún beneficio teniendo en cuenta su elevado precio?
En múltiples estudios de laboratorio y con animales, los aminoácidos, ácidos grasos y compuestos fenólicos específicos que se encuentran en la jalea real parecen tener potentes efectos antioxidantes. Otros estudios in vitro muestran una reducción de los niveles de inflamación cuando se tratan las células inmunitarias con jalea real. Pero no hay prácticamente estudios con seres humanos y la evidencia es anecdótica.
Las famosas proteínas de la jalea real podrían ayudar a regular los niveles de colesterol en sangre. En un estudio de 12 semanas con conejos tratados con jalea real se consiguió reducir sus niveles de colesterol total y LDL hasta en un 28% y 23% respectivamente. Sin embargo, los estudios con humanos han sido en su mayoría con pocos participantes y sin resultados concluyentes.
La jalea real también se promociona como una ayuda para la cicatrización de las heridas. De nuevo, los estudios con pacientes diabéticos que sufrían llagas, tratados con jalea real, no experimentaron mejoría. Algo similar ocurre con los estudios sobre los efectos en la presión arterial, la regulación de la glucosa en sangre, la regeneración de la piel, los síntomas de la menopausia, el cáncer o la memoria. Los estudios in vitro muestran resultados modestos y con personas son inconcluyentes.
Si se excluyen las proteínas específicas de la jalea real, el resto de sus componentes los podemos obtener fácilmente de las frutas, verduras y otros alimentos. Incluso podríamos encontrarlos en la miel, que contiene muchas de estas vitaminas, minerales y antioxidantes, aunque, de nuevo, en cantidades mínimas. Los beneficios para la salud de la jalea real pueden ser muy pequeños en comparación con llevar una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente, sobre todo si se tiene en cuenta su elevado precio.