La patronal gaditana reclama formación urgente para no desaprovechar una “oportunidad laboral única” mientras los sindicatos valoran el anuncio con escepticismo
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En una de las provincias con más paro de España van a hacer falta, solo en una de sus comarcas, la bahía gaditana, 8.500 operarios para trabajar en empresas navales como Dragados o Navantia. A priori es una muy buena noticia. Las fábricas tienen tantos encargos que requieren de personal de forma relativamente urgente: los primeros mil nuevos trabajadores serán necesarios ya en 2025. Pero hay un problema. Ahora mismo no hay suficientes trabajadores cualificados para asumir esa demanda. Esa es la alerta de la patronal. Unos encargos históricos pueden verse frustrados si no se encuentran empleados suficientes.
Cádiz tiene 121.303 parados registrados (en septiembre de 2024) y, según la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2023, ocupa, con el 20,60 % de desempleados, la quinta posición en mayor tasa de paro del país por detrás de Ceuta, Melilla, Jaén y Granada. “La carga de trabajo en los astilleros siempre ha funcionado como unos dientes de sierra”, explica José Muñoz, el secretario de la FEMCA, la patronal del metal de Cádiz. Hay momentos de muchos picos de trabajo, donde se requiere abundante personal de la industria auxiliar, y otros en los que esa intensidad baja y muchos de estos trabajadores se quedan en el paro. Lo que viene de aquí a 2030, es una intensa actividad para Navantia y Dragados porque entre barcos, plataformas marinas y reparaciones, han comprometido, al menos, cinco de años de máxima faena en sus plantas de Cádiz, Puerto Real o San Fernando. Son buenas noticias para todas las empresas que trabajan como industria auxiliar y que, ahora mismo, dan empleo a 12.000 personas.
La primera llamada de atención pública la dio recientemente en una visita a la capital gaditana el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez. Durante un desayuno con el clúster naval, reveló que la empresa que dirige está capacitada para crear en los próximos cinco años 6.000 puestos de trabajo. Ahí se cuentan dos buques hidrográficos para la Armada, nuevas corbetas para Arabia o la abultada agenda de reparación de cruceros, entre otros. La patronal gaditana suma 2.500 empleos más, hasta llegar a 8.500, por la posibilidad que ofrece la planta de Puerto Real de Dragados, que también ha reforzado su cartera de pedidos con una subestación eléctrica para un operador eléctrico de Alemania, que se suma a ocho encargos similares con este país y Holanda.
Lo que Domínguez dijo en aquel acto público era algo que los directivos gaditanos de Navantia llevan ya muchos meses explicando en privado a responsables de la patronal, sindicatos y administraciones. En varias reuniones les han detallado que esos contratos requieren de casi 1000 soldadores, 500 caldereros, 600 pintores, más de 500 electricistas, 400 tuberos, casi 200 mecánicos o 150 habilitadores, para construir barcos. La división Navantia Seanergies, centrada en las energías verdes, la eólica marina y el hidrógeno, aumenta aún más las necesidades de operarios: 870 caldereros, 1.130 soldadores, 550 pintores, 920 electricistas, 230 habilitadores, 160 tuberos y 257 mecánicos.
“Lo que nos han dicho de Navantia es que esta necesidad es urgente, porque ya el año que viene se requerirán 1000 operarios y todos los demás hasta 2030”, explica José Muñoz, que ve en estas posibilidades de empleo una manera de acabar durante bastante tiempo los dientes de sierra del sector y reconvertirlo en un tiempo de trabajo estable. Pero el problema de la falta de personal está ahí. “Nosotros llevamos preocupados por la ausencia de personal cualificado desde hace 15 años, cuando las políticas activas de empleo se pararon. Las plantillas han ido envejeciendo y es necesario hacer algo para que la bahía de Cádiz se mantenga como un entorno industrial desarrollado”.
La Junta de Andalucía ha tomado nota de esta necesidad, pero los pasos dados, hasta ahora, son más lentos de los deseados por la patronal. El pasado mes de julio, la consejera de Empleo, Rocío Blanco, firmó con la FEMCA un protocolo para crear un “proyecto singular de formación” para el sector naval de Cádiz, capaz de preparar a 8.475 personas, en un total de 565 cursos de 41 especialidades y con una inversión de 2,3 millones de euros en tres años. “Es un traje a medida para la situación actual”, ha detallado el delegado, Daniel Sánchez, quien ha concretado que a lo largo de este mes de octubre saldrá la convocatoria pública de la licitación de los primeros cursos. Para que empiecen habrá que esperar algo más.
Los sindicatos asisten a estos avances con escepticismo. Recuerdan que algunos de los contratos anunciados por Navantia como seguros todavía no se han concretado y creen que los anuncios de tantos puestos de trabajo pueden ser una cortina de humo para esconder que la empresa naval sigue sin cerrar el nuevo convenio colectivo o el plan industrial tantas veces demandado, de ahí que, a pesar de las buenas perspectivas laborales, sigan convocando protestas.
El clúster marítimo naval de Cádiz, que reúne a las empresas del sector, ha puesto en marcha desde hace meses la campaña ‘Elige al sector naval’, una promoción para atraer a los que terminan sus estudios a la formación específica en estas profesiones a las que ahora se les abren muchas posibilidades. Es una campaña que nace de una evidente preocupación.
“Hay cierto desapego a ser operario”, explica José Muñoz, secretario de la FEMCA. Argumenta que no es un problema único de Cádiz. “En Asturias sacaron formación de 15 plazas para soldadores, y solo llenaron 13. En cambio, otro curso de 15 plazas para ser dj tenía lista de espera”. Y tampoco es un problema único en el naval. Ocurre también en la construcción o la hostelería. Pero Muñoz niega que, en el caso del naval, sea por escasa remuneración. “Nuestro convenio es el más alto de España, es un tema más de que faltan vocaciones”, argumenta. La patronal no descarta ya tener que recurrir a personal de otros países, si la mano de obra local resulta insuficiente para atender los contratos de sus empresas tractoras.