Amazon, Kobo y otras empresas ofrecen acceso ilimitado a libros electrónicos por una cuota mensual, pero ¿lees lo suficiente para que compense?
En primera persona - He estado usando los zapatos minimalistas que son “como andar descalzo” y esto es lo que ha cambiado
Hace un par de décadas, la música se volvió no solo digital, sino virtual, con la desaparición progresiva de los CDs como soporte. El servicio iTunes de Apple fue uno de los primeros que ofreció la posibilidad de comprar canciones una a una y descargarlas a sus reproductores iPod. Sin embargo, muy pronto apareció una idea aún mejor: la compañía Spotify ofreció una suscripción mensual para descargar millones de canciones de su catálogo, sin límite.
No pasó mucho tiempo antes de que el gigante Amazon ofreciera algo parecido para los libros digitales. Kindle Unlimited apareció en 2014 como una tarifa plana de ebooks, que se podían descargar sin límite a los lectores de libros electrónicos Kindle de la marca. Es una idea tentadora, pero para muchas personas, esos cerca de 10 euros mensuales se suman a otras suscripciones como Netflix o Spotify. ¿Merece la pena una tarifa plana de libros?
Según el informe de la Federación de Gremios de Editores de España, unos dos tercios de la población en España lee al menos un libro cada tres meses en su tiempo libre. El porcentaje de personas que leen diaria o semanalmente es de un 52%, mientras que un 36% no lee nunca. Lo interesante es que casi un 30% de la población en España lee ya libros en formato digital, cuatro veces más que en 2011. Los dispositivos de lectura habituales son, por ese orden, lectores de libros electrónicos como el Kindle de Amazon, ordenadores, tabletas y teléfonos móviles.
Las tarifas planas de libros electrónicos tienen estos precios en los servicios más utilizados:
Según el informe de Libranda, el precio medio de los libros electrónicos en España es de 7 euros. Es fácil hacer las cuentas: si lees más de dos libros nuevos al mes, la suscripción merece la pena. Sin embargo, el presupuesto medio de una persona en libros al año en España es de 34,6 euros, según datos del Ministerio de Cultura y Deporte.
La cuestión se puede mirar desde el otro lado: comprando una suscripción a estos servicios, hay un incentivo para leer más al año.
El catálogo es otro factor determinante al contemplar una tarifa plana de libros. Las plataformas de suscripción ofrecen una vasta selección de libros, pero las últimas novedades, títulos de autores superventas o libros más raros no suelen estar incluidos. Kindle Unlimited, por ejemplo, se enfoca en autores autopublicados y contenido de editoriales independientes, mientras que servicios como Scribd ofrecen una mezcla más amplia que incluye libros, audiolibros, revistas y documentos.
Las grandes editoriales como Penguin Random House o Planeta son reticentes a ofrecer sus lanzamientos más recientes en estas plataformas, ya que podría canibalizar las ventas directas. Esto limita necesariamente la oferta, especialmente para aquellos lectores que buscan mantenerse al día con los éxitos de ventas o títulos muy específicos.
Uno de los grandes escándalos que ha sacudido a Amazon ocurrió cuando en 2009 se confirmó que la compañía estaba borrando algunos libros electrónicos de los dispositivos Kindle de sus usuarios, incluyendo títulos de George Orwell y de la saga de Harry Potter. Esto llamó la atención sobre un hecho: los usuarios no poseían el libro electrónico, sino que era un servicio que se podía retirar. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se cancela el servicio de suscripción. Los libros desaparecen.
Esta misma lógica se aplica cuando un usuario de estas plataformas intenta traspasar un libro electrónico a otro dispositivo o descargarlo para enviarlo a otra persona. En la mayoría de los casos, los archivos están protegidos con tecnología DRM (siglas de gestión de derechos digitales en inglés) que impiden esta operación.
Estas restricciones llegan también al dispositivo de lectura. Móviles, ordenadores y tabletas pueden usar las aplicaciones de lectura de cada una de las plataformas sin limitaciones, pero no ocurre lo mismo con los lectores de libros electrónicos de tinta electrónica. Por ejemplo, si tenemos una suscripción a Kobo, que ofrece sus propios lectores, y queremos pasar los libros a un lector Kindle de Amazon, hay que seguir unas complicadas instrucciones y utilizar programas externos como Adobe Digital Editions o Calibre.
En comparación, si permanecemos dentro del jardín vallado de cada una de las plataformas, los libros aparecen mágicamente en todos nuestros dispositivos, lectores, ordenadores, tabletas y móviles. También se sincronizan automáticamente las notas, subrayados y el último punto de lectura, algo que no ocurre al pasar libros de una plataforma a otra.
Por último, al tener acceso a cientos de miles o millones de libros, puede que sufras de la 'paradoja de la elección', un fenómeno que describe cómo tener demasiadas opciones puede generar ansiedad y dificultar la toma de decisiones, en este caso, a la hora de elegir un libro que leer.
También hay que contemplar otra opción, en este caso gratis: la plataforma eBiblio de la red nacional de bibliotecas que ofrece el préstamo de todo tipo de libros electrónicos.