Es cuestión de aprovechar los espacios de almacenamiento al máximo y ser creativo con cada rincón del hogar
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Ha llegado el otoño y con él una mayor panoplia de tipo de calzados que usas: ya sean zapatos, botines, botas, zapatillas deportivas o de estar por casa. Es el momento de guardar en los altillos del armario o en otro lugar menos accesible las sandalias y los zapatos abiertos hasta la próxima primavera. El cambio de temporada es el mejor momento para emprender una organización adecuada.
Cuando llegan las temperaturas más frías a veces no es fácil encontrar en el armario o en el zapatero tanta diversidad de calzado. O, directamente, no cuentas con ese espacio específico dentro del armario y no tienes o no quieres un zapatero.
Al tener localizado en casa cada tipo de calzado, podrás ponértelo con rapidez y sin pensarlo dos veces. Esto te dará tranquilidad, ya sea cada mañana antes de ir al trabajo o, por la tarde, si tienes una cita con amigos, romántica o, directamente, con el gimnasio. Te ayudará a sentir que tienes la situación bajo control.
En este artículo te explicamos cómo ordenar el calzado de una forma sencilla y aprovechando cualquier espacio de la casa. Es cuestión de explotar los espacios de almacenamiento al máximo y ser creativo con cada rincón del hogar.
La solución más clásica a la hora de almacenar zapatos es contar con una pequeña estantería de madera a la entrada del hogar. Esta estantería también puede ser extraíble, de forma que ocupa el menor espacio posible y todos los zapatos se encuentran a golpe de vista.
Una antigua escalera se puede transformar en una repisa para poner los zapatos más especiales en la habitación. Es posible pintarla a tu gusto y obtener un efecto decorativo para el cuarto. Otra apuesta por el reciclaje consiste en hacerte con cajas de fruta, darles un color acorde a la decoración de tu hogar y utilizarlas como bonitos estantes para colocar zapatos.
Otra fórmula muy efectiva es guardar los zapatos debajo de la cama. No hace falta arrinconarlos debajo, como si quisiéramos hacerlos desaparecer y punto. Hay varias soluciones para guardar orden también aquí. Una de ellas son bolsas específicas para guardar varios pares de zapatos que tienen una forma rectangular y van cerradas con cremallera. Se pueden colocar tanto debajo de la cama como encima del armario si no son de temporada.
También existe una especie de cajón alargado, con espacios individuales para cada uno de los pares de zapatos que queremos guardar y que se ajusta al tamaño que tenemos debajo de la cama.
A su vez, existen otro tipo de cajas para guardar pares de zapatos de dos en dos, aunque estas no caben exactamente debajo del colchón. Son apilables, tienen tapa y ventana. Otra opción es comprar un pequeño banco con puerta para almacenarlos o contar con cestas metálicas o de mimbre que puedes guardar o bien en el armario o debajo de las sillas.
Una de las formas más eficientes para tener el calzado organizado es colocarlos con soluciones verticales y que también puedan adquirir otros usos. En lugar del mueble zapatero, se puede buscar un estante modular que se adapte a las necesidades específicas de tu casa.
Estos organizadores colgantes, que se fijan en la parte interior de las puertas, te posibilitan elegir con rapidez el tipo de zapatos que te vas a poner. Este espacio, además, se puede ir adaptando a la temporada y permite que tu calzado esté siempre listo y disponible a la primera. Cuando se vive en una casa pequeña o se dispone de poco espacio este tipo de trucos te puede hacer ganarlo.
La cosa de guardar zapatos –o prácticamente lo que sea que tengamos que tener mínimamente a mano– se complica cuantas más personas convivan en el hogar; en especial, si no contamos con una vivienda amplia o con suficientes zonas de almacenamiento.
Por eso, en caso de contar con un espacio reducido y sin mucho armario para utilizar de desahogo, hay que poner en marcha la imaginación. Y una de las fórmulas que parecen más eficaces es la de emplear los huecos de forma vertical.
Seguro que si has visitado alguna vez las medinas de cualquier ciudad marroquí, te viene a la cabeza la imagen de las pequeñas tiendas de zapatos de los zocos, donde sus propietarios son capaces de almacenar de una forma muy metódica y ordenada centenares de pares de babuchas, deportivas y otros tipos de calzado que cubren sin dejar hueco libre las paredes de sus diminutos locales.
De hecho, los percheros y burros cada vez están más de moda para el interiorismo en el hogar y se pueden adaptar para colgar calzado.
Por otro lado, también se pueden usar los tubos de PVC que se apilan sobre una pared y se convierten en un depósito muy práctico. Además, se convierte en una pieza de mobiliario divertida que puedes pintar de diversos colores.
En cualquier caso, el mejor lugar para guardar los zapatos es la habitación o la entrada de la casa. Además, si acostumbras a quitártelos nada más llegar a casael suelo quedará a salvo de suciedad.
Tan importante como el orden es la limpieza. Así que es importante limpiar bien los zapatos antes de guardarlos en el sitio que hayas elegido.
Si tus zapatos son de piel, utiliza una esponja húmeda y aplica una capa de crema hidratante incolora. Los zapatos de serraje o ante hay que limpiarlos en seco e impermeabilizados.
Una vez limpios, hay que mantenerlos. Para evitar que se deformen, se pueden usar los papeles originales de los zapatos o rellenar el interior con papel de seda o periódico. Para las botas altas se pueden utilizar revistas enrolladas para mantener la caña recta.
Finalmente, para guardar los zapatos que no estás usando mejor buscar un lugar de la casa que sea seco y con poca luz. Hay que evitar almacenarlos en espacios húmedos o apilarlos porque puede provocar malos olores deformaciones o incluso moho.