La principal organización de sindicatos del país, Histadrut, ha convocado una huelga general este lunes para presionar al Gobierno a que llegue a un acuerdo con el grupo palestino, después de que el domingo fueran recuperados en Gaza otros seis rehenes sin vida
Protestas masivas y llamamiento a la huelga general en Israel tras el hallazgo de los cuerpos de seis rehenes en Gaza
Desde las 06.00 de la mañana (05.00 en España) del lunes, la economía israelí se detendrá. Es la promesa hecha por la unión de sindicatos más grande de Israel, Histadrut, que ha convocado una jornada de huelga general para protestar por la muerte de otros seis rehenes, cuyos cuerpos fueron rescatados el domingo sin vida por los soldados israelíes en Gaza. Casi cien personas permanecen secuestradas en la Franja desde el pasado 7 de octubre y los sindicatos israelíes, así como otros actores sociales, se han movilizado para apoyar a sus familias y exigir al Gobierno que alcance un acuerdo con las milicias palestinas para que puedan regresar a casa, antes de que sea demasiado tarde.
“Estamos recibiendo bolsas con cadáveres en lugar de un acuerdo. He llegado a la conclusión de que solo nuestra intervención podría movilizar a quienes necesitan ser movilizados”, dijo en un comunicado el presidente de Histadrut, Arnon Bar-David. Tras una reunión con los familiares de los secuestrados, Bar-David denunció que el Gobierno israelí no ha firmado un acuerdo “por consideraciones políticas”, mientras cada vez más voces culpan directamente al primer ministro Benjamín Netanyahu de boicotear las negociaciones con el movimiento palestino Hamás.
Este domingo, el Ejército israelí informó de que los seis cuerpos encontrados en el interior de un túnel en el sur de Gaza eran los de seis rehenes (cuatro hombres y dos mujeres), que fueron “brutalmente asesinados por Hamás” antes de que las tropas pudieran rescatarlos, según la versión oficial. Algunos de ellos, como las dos mujeres y un hombre con doble nacionalidad israelí-estadounidense, podrían haber quedado en libertad en la primera fase que estipula el acuerdo de alto el fuego que está sobre la mesa desde finales de mayo, pero Israel y Hamás se niegan a aceptarlo.
El líder de la oposición, Yair Lapid, arremetió ayer contra el Gobierno tras conocer la noticia de la muerte de los seis rehenes: “En lugar de pactar, hacen política; en lugar de salvar vidas, entierran a secuestrados”, dijo en su cuenta de X. “En lugar de hacer todo lo posible para traerlos a casa, Netanyahu está haciendo todo lo posible para permanecer en el poder”, remachó. Lapid había pedido a los sindicatos que convocaran la huelga y ha felicitado a Histadrut por hacerlo.
“Las familias de los rehenes urgen a la población a tomar acción y unirse a ellos en su lucha para acabar con el abandono y traer a sus seres queridos de vuelta a casa”, rezó la convocatoria emitida ayer por el Foro de las Familias de Rehenes y Secuestrados, citada por la Agencia EFE.
Desde primera hora del lunes, cientos de personas están protestando en diferentes puntos de Israel, después de una multitudinaria manifestación anoche en Tel Aviv, en la que fueron detenidos más de 30 participantes –25 de ellos siguen retenidos, según informa el periódico Haaretz–.
El aeropuerto internacional de Ben Gurion, en Tel Aviv, suspendió la salida de los vuelos durante más de dos horas este lunes. Otros servicios están parados, como algunos bancos que se han adherido a la huelga, y en los hospitales han adoptado un horario reducido. Está previsto que las universidades permanezcan cerradas, mientras que los colegios sí están abiertos, excepto en aquellos municipios que se han sumado a la huelga, en los que los centros harán horario reducido, según el diario The Jerusalem Post. La compañía eléctrica nacional también ofrecerá servicios mínimos, como si fuera fin de semana. Muchas empresas privadas tecnológicas se han sumado a la huelga, mientras que algunos comercios abrirán sólo por la tarde.
La Fiscalía General del Estado ha pedido al Tribunal Laboral de Israel que se pronuncie contra la huelga de Histadrut, asegurando que “no es una huelga por un conflicto laboral colectivo y es, por tanto, una huelga política”. La decisión se produce después de que el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, contactara el domingo al fiscal general para pedir medidas cautelares de cara a la huelga. “Se trata de una huelga política que no está bajo la autoridad de Histadrut y no tiene efecto legal”, escribió Smotrich en la red social X.