Es fácil encontrar en redes sociales ejercicios simples para mover los músculos de la cara que prometen librarnos de las arrugas, la papada y la flacidez, ¿sirven de algo?
No solo pesas: el ejercicio para endurecer los brazos y ganar músculo
Sujeta un bolígrafo entre tus labios fruncidos, como si estuvieras absorbiendo por una pajita. Ahora apunta el bolígrafo hacia arriba, hacia abajo, a la derecha y a la izquierda. Repite durante un minuto.
¿Qué estás haciendo? Yoga facial. El yoga facial consiste en masajes y ejercicios que en teoría estimulan los músculos, la piel y el sistema linfático de la cara. Esta técnica está diseñada para relajar los músculos de la cara y ayudar a aliviar la tensión. Si pensamos en cuáles son los efectos del bótox, una neurotoxina que paraliza parcialmente los músculos de la cara, podríamos suponer que relajar los mismos músculos tendría efectos parecidos.
El estrés y las preocupaciones también nos hacen contraer de forma inconsciente los músculos de la cara, por ejemplo, para fruncir el ceño o apretar los labios. Estas contracciones pueden pronunciar las arrugas. Por ejemplo, sonreír es una de las causas de las patas de gallo, fruncir el ceño produce arrugas en el entrecejo y apretar los labios da lugar a surcos alrededor de la boca. Saber relajar los músculos de la cara, contraídos por las expresiones faciales asociadas a distintos sentimientos, puede ayudar a mitigar estos efectos, pero no olvidemos que la principal causa de las arrugas es el envejecimiento, tanto el envejecimiento natural con el paso del tiempo como el envejecimiento acelerado de la piel por el hábito del tabaco o las quemaduras por el sol.
El yoga facial se basa en la idea de que, al igual que los músculos del cuerpo, los músculos de la cara pueden ejercitarse, y unos músculos firmes en la cara ayudan a evitar la flacidez de la piel. Además, la práctica de estos ejercicios puede mejorar la circulación sanguínea, y por tanto aumentar la producción de colágeno y elastina, y prevenir o disminuir la aparición de arrugas y otros signos de envejecimiento.
Aunque hay poca evidencia de estos beneficios, sí que hay algunos estudios que muestran resultados prometedores, pero modestos. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Northwestern, publicado en 2018 en la revista JAMA Dermatology, encontró que las mujeres de mediana edad que practicaban yoga facial durante 30 minutos al día, al menos cinco días a la semana, experimentaron una mejora significativa en la plenitud de las mejillas y una reducción en la edad aparente del rostro después de 20 semanas de práctica.
Las mujeres tenían entre 40 y 65 años y todas tenían arrugas debidas a la exposición solar. Los dos primeros meses los ejercicios eran diarios, y el resto del tiempo en días alternos. Según los investigadores, esta mejora del aspecto se debió al aumento del tamaño de los músculos de la cara ejercitados.
Una revisión de nueve estudios, publicada en la revista Aesthetic Surgery Journal, encontró que estos estudios tenían resultados positivos en la reducción de la flacidez y las arrugas alrededor de la mandíbula, el cuello y la zona de la papada. Sin embargo, los estudios comparados no disponían de un grupo de control, es decir, un grupo de participantes que no hicieran los ejercicios (o que hicieran ejercicios diferentes), con quienes comparar. Esta es una parte muy importante de cualquier estudio y, sin ella, no es posible determinar si los ejercicios son efectivos.
Existen diferentes ejercicios de yoga facial que se pueden realizar para atacar áreas específicas del rostro. Estos son algunos ejemplos que pueden proporcionar mejores resultados que la técnica del bolígrafo:
Hay que tener en cuenta que estos ejercicios no van a hacer milagros y que, según los experimentos, requieren una práctica constante –y agotadora, ¿quién tiene 30 minutos al día para hacer muecas?–. Las arrugas se producen por la edad, el sol y el tabaco, y reducir o mitigar estas agresiones es lo mejor que podríamos hacer por nuestra piel.
Sin embargo, el yoga facial tiene el valor de darnos unos minutos para conectar con tu cuerpo y hacer consciente la tensión que se manifiesta en las contracciones de los músculos de nuestra cara. Tener una cara relajada significa tener mejor aspecto, reducir el estrés y promover una sensación general de bienestar.