Es posible bañarse en aguas con propiedades sanadoras sin necesidad de ir a la playa
Cívica, el pequeño enclave español que parece la Capadocia turca
La península Ibérica ofrece gran cantidad de opciones para todos aquellos que busquen combatir el calor del verano sumergiéndose en el agua. Aunque las opciones más recurrentes sean playas, lagos y piscinas, existe un espacio natural en el sur de España que no solo destaca por su historia y conexión con la naturaleza, sino que permite a sus visitantes disfrutar de un baño de aguas terapéuticas (y gratis).
En el sur del país, Málaga destaca como una de las principales alternativas turísticas por sus playas. Sin embargo, en su interior, la provincia alberga un menos conocido espacio natural de origen romano en el que disfrutar de un baño rodeado de naturaleza y tranquilidad. El enclave se encuentra en el municipio de Periana, en la comarca de La Axarquía Costa del Sol.
Se trata de los Baños de Vilo, a menos de una hora de la ciudad de Málaga. El enclave no solo destaca por su historia, sino también por poseer aguas que brotan a una temperatura de 19 grados.
Las termas fueron construidas en época romana, cuando este tipo de espacios eran famosos por ser espacios recurrentes en los que los ciudadanos podían bañarse y asearse, y además por ser fuertes centros de encuentro social, en los que dialogar y debatir en aquella época.
Desde su construcción, los romanos no solo utilizaron los Baños de Vilo como una terma cualquiera, sino que esta era valorada por su poder curativo. Años después, el espacio adquirió otra función durante la ocupación musulmana de la península Ibérica, ya que los árabes utilizaron sus aguas como símbolo de purificación para los creyentes antes de sus oraciones.
Siglo tras siglo, las aguas del enclave fueron adquiriendo fama por sus capacidades sanadoras. Tanto es así, que tras una tormenta que azotó los baños, dejándolos prácticamente inutilizables a mediados del siglo XVIII, el regidor de Vélez-Málaga ordenó su reconstrucción para que este pudiese utilizarse como reclamo turístico de la zona.
Las obras de reconstrucción del espacio estuvieron a cargo de Antonio de Arias y Anaya. Tiempo después, el empresario adquirió el enclave y comenzó a recibir a gran cantidad de bañistas, los cuales acudían impresionados por las afamadas propiedades curativas de sus aguas.
De esta manera, el espacio fue también frecuentado por personalidades de gran renombre en la época, como es el caso del duque de Valencia, Ramón María Narváez.
Más allá de su arquitectura empedrada de origen románico y su característica historia, el enclave ha destacado durante siglos por sus aguas curativas, que brotan a 19 grados, en terrenos calizos, y se clasifican como sulfatadas y cálcicas-magnésicas.
De esta manera, sus componentes contribuyen principalmente al tratado de enfermedades de la piel, aunque también se consideran beneficiosas para personas con problemas óseos o musculares.
El espacio se encuentra próximo al arroyo de Guaro, en la cortijada de Baños de Vilo. Gracias a esto, el agua de las termas se renuevan constantemente, mejorando la calidad de las mismas y dotando al lugar de una calidad natural y paisajística sin igual.
Las termas aún cuentan con algunas de las piletas en las que se dividían sus aguas en la antigüedad. Así, aunque tan solo se conserve una de las dos piscinas de agua fría -una era utilizada por hombres y otra exclusivamente por mujeres-, todavía se conservan otras dos piletas, una de agua templada y la otra de agua caliente.
Al recorrer el espacio se puede percibir un olor proveniente del azufre que contienen sus aguas. Este componente es desintoxicante y antiséptico, de ahí que sea reconocido como remedio para problemas cutáneos.
Además, sumergirte en las aguas puede contribuir a mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es recomendable permanecer en el agua durante al menos un cuarto de hora, pues es el tiempo mínimo que recomiendan desde el lugar para asimilar todos los beneficios del agua. También es aconsejable hacer pequeños descansos tras sumergirte en cada terma y antes de pasar a la siguiente. En caso de tener algún problema de salud, siempre es recomendable consultar antes con el médico para confirmar que puedes bañarte con seguridad.
El acceso a los Baños de Vilo es totalmente gratuito, tanto al recinto como a cada terma.