El líder de Junts carga contra la posible investidura de Salvador Illa y anuncia su vuelta a Catalunya coincidiendo con la sesión parlamentaria para convertir al socialista en president
El archivo de Tsunami para Puigdemont elimina solo uno de los obstáculos judiciales a la amnistía
Con el inminente pacto entre ERC y PSC para investir a Salvador Illa como telón de fondo, el expresident de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha entrado en escena este sábado anunciado que regresará a Catalunya para el debate de investidura. “Si hay investidura estaré ahí”, ha espetado. “Sólo un golpe de Estado me lo podría impedir”.
En un acto celebrado en la localidad francesa de Amélie-les-Bains-Palalda, a pocos kilómetros de Catalunya (tal vez el último que el expresident oficia en el extranjero), Puigdemont ha celebrado los cuatro años de la fundación de Junts junto los principales cargos del partido y 2.500 militantes, según la organización.
“Vienen unos días decisivos, incluso críticos”, ha afirmado el expresident. “Los jueces se niegan a aplicar la amnistía y le dan a la política española unos aires de golpe de Estado”. “Tenemos que prepararnos y rearmarnos para confrontar este desafío grave”, ha añadido.
Desde que la noche del pasado 12 de mayo, día de los comicios catalanes, Puigdemont constató que no había una mayoría independentista viable en el Parlament, el expresident ha tratado de dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo entre el PSC y ERC que le alejara definitivamente de la Generalitat.
“Hay una amenaza real de que tengamos un Govern presidido por la versión más españolista del PSC”, ha advertido. “Mucho más cercano a lo que representa Josep Borrell y en las antípodas de lo que representó Pasqual Maragall.”
Más allá del anuncio de su regreso a Catalunya, siempre sobre la mesa desde hace meses —o años— y que este sábado se ha concretado, los de Junts han añadido presión esta última semana para intentar hacer descarrilar el acuerdo entre PSC y ERC al tumbar diversos proyectos clave para el Ejecutivo. Por encima de estas votaciones sobrevolaba una amenaza velada: un acuerdo para llevar a Illa a la Generalitat podría hacer saltar por los aires la legislatura en el Congreso.
El regreso del expresident, sobre el que todavía pesa una orden de detención al no habérsele aplicado la amnistía, podría alterar el debate de investidura que tanto ERC como PSC prevén para el próximo agosto, previsiblemente la primera o la segunda semana.
“Quieren impedir la imagen de mi retorno como un hombre libre, del triunfo democrático que supone la ley de amnistía”, ha señalado el expresident. “[Los jueces] quieren sustituir la imagen de celebración con la de nuestro encarcelamiento. Han decidido confrontar y bloquear”.
Puigdemont ha exigido, a su vez, que el Fiscal General del Estado impida su “detención ilegal y arbitraria” y ha considerado un “delito” el intento de no aplicarle la ley de amnistía. “Los jueces pueden opinar pero tienen el deber de aplicar la ley”, ha espetado.
La posible detención de Puigdemont —y su entrada en prisión— a su llegada a un debate de investidura en el Parlament podría suponer un disparo a la línea de flotación del giro que pretende ERC, dispuesta a abandonar la política de bloques del procés que le ha supuesto incontables enfrentamientos con Junts. El presidente del Parlament, Josep Rull, ya ha avisado de que está dispuesto a evitar que la detención suceda en la cámara catalana.
Puigdemont ha pedido a sus bases que estén preparadas para movilizarse ante las posibles represalias por su regreso. “Carguémonos de energía, de capacidad de respuesta”, ha pedido a su electorado. “Preparémonos y movilicémonos para volver a ganar y para acabar el trabajo”.
En ERC temen el efecto que podría tener una situación de este tipo, o solo su posibilidad, en la consulta que pretende hacer a sus bases para que ratifique el preacuerdo alcanzado con los socialistas. Desde Junts, además, insisten en que el deseo de Puigdemont sigue siendo someterse a una votación del pleno e intentar sacar adelante la investidura (a pesar de que para ello necesitaría la abstención del PSC, ganadores de los comicios, y el apoyo de ERC).
Tanto el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias, como el secretario General de Junts, Jordi Turull, han cargado este sábado contra Illa en sus intervenciones. “No os fiéis de Illa”, ha espetado Trias. “Hace buena cara, tiene buenos gestos pero después te clava la puñalada por la espalda”. Turull ha definido al socialista como el “avalador” de la “sociedad fascista llamada Sociedad Civil Catalana”. “Haremos todo lo posible para evitar que sea investido president”.