Las altas temperaturas impactan en la menstruación. Para minimizar el efecto es importante beber agua e ingerir calorías suficientes. Además, puedes practicar técnicas de relajación, cuidar el descanso y evitar la exposición al sol
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Durante el verano mi menstruación es peor o, al menos, yo siento síntomas más fuertes: más dolor, más sangrado, más molestia en las piernas e incluso más nauseas o dolores de cabeza. ¿Es posible que estos síntomas empeoren en verano y hay algo que pueda hacer para que mejoren?
Pepa, 36 años.
El ciclo menstrual es un proceso biológico complejo que está influenciado por factores tanto internos como externos, entre ellos, el clima. Las altas temperaturas tienen un impacto importante en nuestra salud y en la menstruación. A continuación, te explico cómo el calor puede afectar al ciclo menstrual y te doy algunos consejos para aliviar los síntomas.
El calor extremo puede causar estrés en el organismo y, en consecuencia, producirse alteraciones hormonales que impactarán en el ciclo menstrual. El estrés puede provocar que los ciclos menstruales se alarguen, se acorten o incluso que desaparezcan temporalmente.
Además, el calor puede dificultar el descanso nocturno, y la falta de sueño adecuado puede provocar alteraciones hormonales y síntomas menstruales desagradables. El sueño es un proceso activo de reparación; el organismo aprovecha para llevar a cabo funciones que durante el día no puede atender. El calor puede dificultar el descanso nocturno produciendo estrés físico.
Durante el verano, es común que nuestros hábitos alimentarios y de actividad física cambien. Debido al calor se puede reducir el apetito y hacer que prefiramos alimentos refrescantes como las frutas o las verduras, que aportan abundante cantidad de agua pero también menor cantidad de calorías. Si no cubrimos la energía necesaria en nuestro día a día, esto se traduce en estrés metabólico y el ciclo menstrual se vería afectado.
Lo mismo puede suceder con la actividad física: el calor nos quita las ganas de entrenar y una disminución del ejercicio físico puede suponer cambios hormonales, como, por ejemplo, aumento de la inflamación durante la menstruación. Pero también puede suceder lo contrario, una mayor exposición al aire libre y un aumento de la actividad física pueden aumentar las necesidades energéticas.
La deshidratación es un riesgo común en climas calurosos y puede afectar a la producción hormonal, exacerbando los síntomas menstruales como calambres, fatiga o hinchazón. Si tus menstruaciones ya son dolorosas, el calor puede hacer que tus síntomas empeoren.
Sin embargo, no en todos los casos el calor empeora los síntomas menstruales. En algunas mujeres sucede lo contrario: el calor les ayuda a manejar la sintomatología, que resulta mas leve.
Beber suficiente agua para mantenerte bien hidratada. Procura llevar una botella de agua contigo, especialmente cuando salgas de casa.
Asegúrate de que consumes la energía suficiente para cubrir tus necesidades diarias. Elige alimentos refrescantes como frutas, verduras, legumbres, etc., y no olvides las proteínas y las grasas. Las ensaladas completas con frutas y legumbres pueden ser una magnífica opción.
Practica técnicas de relajación como la meditación, yoga o respiraciones para reducir el estrés en la medida de lo posible.
Cuida el entorno de descanso y procura que la habitación permanezca fresca y cómoda. Las siestas pueden ser una buena opción para recuperar energía.
Evita la exposición prolongada al sol y usa protección solar. Busca lugares con sombra, ponte una gorra o sombrero para cubrir la cabeza y evita las horas centrales para realizar actividad física al aire libre.
Recuerda que cada persona es diferente, y lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Si los síntomas son muy intensos o interfieren con tu vida diaria, deberías consultar a un médico para que te evalúe de forma más detallada y pueda darte recomendaciones personalizadas.