Un viaje a Euskadi siempre garantiza sumergirse en un entorno lleno de cultura, historia y belleza natural. Y más allá de sus principales ciudades, algunos de sus pueblos son capaces de mostrar la cara más auténtica de Euskadi en una mezcla única de tradición y modernidad. Ya sea en la costa o en el interior, municipios como Hondarribia, Getaria, Lekeitio, Mutriku, Oñati, Pasaia, Eltziego, Balmaseda, Tolosa o Laguardia nos llevan del mar a la montaña recorriendo algunos de los paisajes más bonitos de la comunidad vasca.
Cada uno con su propio encanto y atractivo, los que pueden presumir de ser algunos de los pueblos más encantadores del País Vasco no solo destacan por su pintoresca arquitectura, sus tradiciones o las historias que nos cuentan sus calles, sino también por la belleza de su entorno natural y, cómo no, por su gastronomía, porque no olvidemos que para muchos la cocina vasca es una de las mejores y más afamadas de todo el país. Desde los tranquilos valles interiores hasta las animadas villas costeras, cada uno de estos pueblos ofrece una experiencia llena de autenticidad, y una ruta por algunos de ellos se puede convertir en el plan perfecto para el verano o cualquier otro momento del año.
Hondarribia, situado en la costa gipuzkoanoa y junto a la frontera francesa, destaca por mantener un casco histórico en excelente estado de conservación, su plaza de Armas es una de las más bonitas de todo Euskadi, y por sus alegres y coloridas casas de pescadores.
El barrio de La Marina es ideal para pasear y disfrutar de la gastronomía local en sus numerosos bares y restaurantes, y es innegable que la playa de Hondarribia es uno de los grandes reclamos de esta localidad en cuanto el sol comienza a calentar en verano. Si subes al monte Jaizkibel, además de disfrutar de unas impresionantes vistas, también conocerás caseríos típicos e históricos fortines como el de San Telmo.
De Getaria era ni más ni menos que Juan Sebastián Elcano, por lo que sabiendo eso ya podemos esperar un pueblo con muchas cosas que contar. Además de por su bonita playa y su puerto pesquero lleno de encanto, Getaria es también famosa por los viñedos de hondarrabi zuri, la uva con la que se produce el vino blanco txakolí con D.O.
Te será fácil identificar la iglesia de San Salvador, que destaca sobre todo lo demás, y además de disfrutar de un vibrante ambiente marino donde nunca debería faltar un buen pescado a la parrilla. También podrás visitar el Museo Balenciaga, dedicado al diseñador Cristobal Balenciaga, natural de Getaria y nombrado hijo ilustre de la localidad.
En la costa de Bizkaia se encuentra Lekeitio. Aquí desemboca el río Lea, justo entre las playas de Isuntza y Karraspio, amplias y de atractiva arena dorada. Estos arenales y su animado puerto pesquero hacen que Lekeitio se vuelva toda una tentación en verano, lleno de vida y de atractivos para los visitantes.
Su patrimonio artístico es abundante, la basílica de la Asunción de Santa María y su retablo gótico son una buena muestra de ello, pero sin duda uno de los planes que nadie se quiere perder aquí es cruzar hasta la cercana isla de San Nicolás, accesible a pie durante la marea baja.
El pasado de Mutriku nos habla de un activo puerto ballenero, pero también de que es uno de los más antiguos de toda Gipuzkoa. Sus estrechas calles y casas señoriales como el palacio Arrietakua, el palacio Zabiel o la casa-palacio de Montalivet te transportarán a otra época, y es que su casco histórico aún conserva su trazado medieval y vestigios de sus antiguas murallas.
Sus calas y pequeñas playas son perfectas para un día de sol y mar en verano, aunque tampoco debemos pasar por alto construcciones como la iglesia de la Nuestra Señora de la Asunción o la torre Berriatua, la mayor casa-torre de las que se conservan en toda la provincia.
Oñati, en Gipuzkoa, es el pueblo más extenso de la provincia y se encuentra en un amplio valle rodeado de montañas y colinas. Es conocido por su rica arquitectura y tanto la parroquia de San Miguel como el monasterio de Bidaurreta del siglo XVI y el Santuario de Arantzazu son algunas de sus edificaciones religiosas de mayor relevancia, aunque tampoco debemos pasar por alto los palacios barrocos de Antia y Madinabeitia, así como el de Lazarraga.
Aunque si hay una construcción realmente emblemática aquí, esa es sin duda la Universidad Sancti Spiritus de Oñati. En verano, los alrededores ofrecen excelentes oportunidades para el senderismo y el Parque Natural de Aizkorri-Aratz es ideal para los amantes de la naturaleza.
Pasaia, o Pasajes en castellano, es conocido por su pintoresco puerto y su relación histórica con la navegación. Se encuentra a solo unos kilómetros de Donosti (San Sebastián) y está formado por varios barrios, siendo el de Pasai Donibane (San Juan) el que más destaca con su única pero preciosa calle que atraviesa todo el núcleo histórico.
Al otro lado de la bahía se encuentra San Pedro, que junto a Donibane reúne el ambiente más marinero de la localidad. Durante el verano, el puerto deportivo y las rutas de senderismo por el monte Ulía son muy populares. Y además, puedes visitar la casa-museo de Victor Hugo.
Eltziego (Elciego) está en pleno corazón de La Rioja Alavesa, y eso solo significa una cosa: vino. Sus paisajes los dibujan los viñedos y las bodegas de renombre rodean este encantador pueblo que combina tradición vinícola y arquitectura moderna. De hecho, muchos visitantes solo llegan hasta aquí para contemplar la espectacular bodega de Marqués de Riscal, diseñada por Frank Gehry.
Pero además de ser un imán para los amantes del enoturismo, Eltziego destaca por un casco urbano enrevesado, por la monumental iglesia de San Andrés, de estilo tardo gótico y renacentista, y por sus numerosos edificios históricos que reflejan su rica herencia cultural.
Balmaseda, el primer municipio de Vizcaya en obtener el título de villa, es un lugar lleno de historia. Durante siglos fue la puerta natural que conectaba Vizcaya con Castilla, de manera que fue toda una plaza comercial que conectaba el interior con el mar Cantábrico.
El puente medieval de la Muza, con su característica torre, es uno de los símbolos más representativos del municipio y ofrece excelentes vistas sobre el río Cadagua. Su casco antiguo alberga la Iglesia de San Severino y el Museo de Boinas La Encartada, reflejando su patrimonio industrial y cultural. Durante el verano, Balmaseda es perfecta para explorar la tranquilidad de su entorno más verde.
El municipio de Tolosa es conocido por el animado mercado que todos los sábados se celebra en el Tingladillo, un característico edificio abierto con arcadas, ubicado junto a las aguas del río Oria y en las proximidades del Puente Viejo. Se celebra desde hace siglos, es uno de los más importantes de la región y atrae a visitantes de todas partes.
Entre sus espacios más monumentales se encuentran la Iglesia de Santa María, que se mueve entre el gótico y el barroco, el Teatro-Casino de Tolos y los palacios barrocos de la Diputación y del Viejo Ayuntamiento. Pero si buscas algo diferente no te pierdas el TOPIC, el Centro Internacional y Museo del Títere de Tolosa.
De vuelta a La Rioja Alavesa llegamos a Laguardia, un precioso pueblo medieval amurallado en las alturas que parece detenido en el tiempo. Cuando atravesamos una de sus cinco puertas encontramos pequeñas calles empedradas que hablan por sí solas de sus orígenes, con bodegas subterráneas que añaden un toque único a un paisaje rodeado de viñedos.
La iglesia de Santa María de los Reyes, con su impresionante pórtico policromado, es una visita obligada. Un paseo por su encantador casco histórico será una gran oportunidad para conocer y probar algunos de los mejores vinos de la región.