Las familias de toda España son conscientes de lo complicado que resulta conciliar la vida personal y laboral cuando termina el cole. Entre junio y septiembre, las niñas y los niños salen de las aulas para disfrutar de unas merecidas vacaciones que no siempre coinciden en fecha y extensión con las de sus progenitores o tutores, una situación que se agudiza cuando coexiste con la exclusión social. Para hacer frente a esta coyuntura, cada verano, cerca de 30.000 niños y niñas en riesgo de pobreza encuentran un oasis de oportunidades en los campamentos gratuitos de CaixaProinfancia. Estas actividades no solo ofrecen un respiro a los responsables de los menores, sino que también son una herramienta clave para su desarrollo y la integración social de la infancia vulnerable.
El programa CaixaProinfrancia de la Fundación “la Caixa”, impulsa desde 2007, los campamentos de verano, colonias urbanas y centros abiertos gratuitos en toda la geografía española. Para que el alcance sea el mayor posible, la entidad asigna más de nueve millones de euros a las más de 300 entidades sociales colaboradoras. Sin embargo, más allá de fomentar la conciliación familiar y ofrecer oportunidades a los más pequeños, la iniciativa también pone el foco en los beneficios de la actividad física y la desconexión digital como herramientas de inclusión y desarrollo personal. Al mismo tiempo, el acceso a estas experiencias extraescolares incide directamente en los resultados académicos y se reconoce como un importante factor que condiciona el éxito educativo.
“Las evidencias científicas sustentan los beneficios de la actividad física para el cuerpo, la mente y las emociones durante la infancia. El juego y el contacto con la naturaleza son elementos esenciales para un desarrollo integral y saludable de niñas, niños y adolescentes, mejorando sus habilidades, fomentando su bienestar social y ofreciéndoles una salud duradera”, defiende Juanjo Rodríguez Yáñez, profesor de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte de la Universidad Ramon Llull. El también colaborador de CaixaProinfancia es autor de un artículo titulado La actividad física en el tiempo de ocio: salud, juego y naturaleza, donde desarrolla estas conclusiones y que está disponible en línea para que cualquier persona interesada pueda consultarlo de forma gratuita.
En el texto, el autor resalta la importancia de tener contacto con la naturaleza y del juego en la calle, basándose en su experiencia personal: “Crecí en el mejor sitio posible, rodeado de animales y con libertad (...) Fue una infancia marcada por el juego en la calle, con los otros niños”, recuerda. Como factor fundamental, el profesor defiende el movimiento: “Los beneficios que la actividad física tiene para la salud física, son bien conocidos por gran parte de la población, pero lo que es menos conocido es la gran importancia que tiene el movimiento para la salud cerebral y el bienestar psicológico y emocional”, apunta.
Para poner en práctica estas premisas, el programa ofrece a las entidades colaboradoras una guía (igualmente a disposición del público) donde se plantean cinco retos que tienen como eje la desconexión digital y cuyas actividades han contado con el asesoramiento de una psicopedagoga especialista en juegos y actividades con valores. El objetivo es “elevar juntos algunas habilidades analógicas, como la creatividad, la psicomotricidad o el trabajo en equipo”, según recoge el propio manual. Estos diverretos tienen nombres tan sugerentes como Corre amiga, corre; Inventaventura; ¿Quién era quién?; Pista menta lista; y El túnel que corre. En cada uno de ellos se detalla cómo debe llevarse a cabo, qué valores se promueven y qué destrezas se fomentan.
Desde la organización del programa detallan que el impulso al desarrollo de la infancia “se lleva a cabo durante todo el año, a través de refuerzo educativo, equipamiento escolar, apoyo psicológico, talleres familiares y ayudas para alimentación e higiene infantil, gafas y audífonos”. Con ello, Fundación “la Caixa” ambiciona “romper la transmisión de la pobreza heredada y fomentar la igualdad de oportunidades”. En este sentido, Marc Simón, subdirector general de la organización, reivindica que “todos los niños y niñas deberían poder disfrutar del verano y sus vacaciones. Por ello, mediante estas actividades abiertas de ocio educativo, queremos apoyar a las familias que más lo necesitan en una época del año que conlleva dificultades en muchos hogares”.
Solo el año pasado, CaixaProinfancia atendió a más de 65.000 menores y a más de 40.000 familias de 145 municipios de España. Pero si la cifra se toma considerando el inicio del programa hace más de 17 años, han sido más de 375.000 los niños, niñas y adolescentes beneficiados, procedentes de más de 217.000 familias. Su modelo de trabajo, basado en actuar en red, ha permitido colaborar a un total de 481 entidades sociales. Estas son las encargadas de atender directamente a las familias, priorizar las ayudas y realizar un seguimiento más cercano, siempre con el objetivo de “ofrecer una vida mejor a los menores que viven en entornos desfavorecidos”, como reza el leitmotiv del programa.