Las mentiras de Alex Jones atormentaron durante años a los padres de los niños de seis y siete años asesinados en la escuela de Sandy Hook. Tras el tiroteo de diciembre de 2012, el agitador de conspiraciones y vendedor de productos para la disfunción eréctil se dedicó a cuestionar en sus emisiones de Infowars la existencia de los muertos e incluso a decir que las víctimas eran actores y sus padres estaban compinchados en un engaño.
Algunos de los seguidores de Jones amenazaron de muerte y acosaron hasta en sus casas a los traumatizados progenitores. Las víctimas del acoso tuvieron que cambiar de teléfono, de domicilio y hasta de estado. Algunos acosadores acabaron después en protestas anti-vacunas y en el asalto al Capitolio en enero de 2021.
A Jones le interesaba el caso porque el asesinato de 20 escolares de primaria y seis educadores en el colegio de Newtown, Connecticut, parecía un momento de inflexión para el país. El presidente Barack Obama intentó entonces una nueva legislación para el control de armas, pero fracasó en el Congreso por la oposición de gran parte de los republicanos y de algunos demócratas.
Desde entonces, un grupo de padres han llevado una lucha larga y dolorosa ante el Congreso, las plataformas, las empresas de armas y los tribunales. En 2022, un tribunal en Connecticut y otro de Texas condenaron a Jones a indemnizar a las víctimas de sus mentiras y pagar daños y costas por valor de más de 1.400 millones de dólares (unos 1.300 millones de euros). Era una cifra simbólica porque ese dinero no estaba al alance de Jones, que, además, se declaró en quiebra para evitar pagar. Dos años después, sigue el proceso legal de la liquidación de bienes para las indemnizaciones.
Elizabeth Williamson, periodista veterana del New York Times, ha seguido e investigado a fondo la batalla legal y personal de las víctimas de Jones. En 2022, publicó el libro Sandy Hook: An American Tragedy and the Battle for Truth, detallando la larga lucha de los padres y qué se puede hacer y qué no contra campañas tóxicas de desinformación. La entrevisté entonces y era más optimista sobre el alcance de las mentiras en la vida pública de Estados Unidos que ahora, cuando la vuelvo a contactar para comentar los últimos acontecimientos legales.
Los familiares han conseguido algunas victorias, pero Jones sigue sin indemnizarlos y sigue emitiendo en Infowars aunque ya no hable de Sandy Hook. Hace unos días, el tribunal de Houston que gestiona la declaración de quiebra ordenó la venta de bienes personales de Jones para indemnizar a las víctimas, pero no le obliga a cerrar Infowars, algo que ha dividido a las familias. Algunas preferían aceptar menos dinero, pero que se desmontara la empresa. El jueves un juez confirmó que de momento Jones no tendrá que liquidar Infowars y entregar sus fondos para la indemnización de las víctimas.
Después de tantos años de lucha legal, ¿qué significa para las familias de Sandy Hook y otros el hecho de que Alex Jones todavía haya podido conservar Infowars y seguir obteniendo beneficios con sus emisiones?
Nunca me atrevería a hablar en nombre de las familias. Pero aquellos que han compartido su parecer conmigo dicen estar algo desanimados porque, como dijo uno de ellos, parecían haber triunfado por fin en los tribunales, y después se encontraron con retrasos interminables en hacerles justicia, ya se trate de las indemnizaciones de daños y perjuicios que se les concedieron o el fin de las transmisiones diarias de Alex Jones.
Según su trabajo periodístico, ¿cómo se encuentran ahora los familiares?
Esta no es una evaluación de cómo les está yendo a las familias, sino mi propia observación con mi información. Los acontecimientos de estos últimos días han sido muy inusuales en el sentido de que han surgido divisiones entre las familias, incluida una petición judicial la semana pasada por parte de las familias de ocho víctimas, dirigida a los padres de una víctima que buscan utilizar el tribunal estatal en Texas para confiscar las cuentas comerciales de Jones. Hasta el momento, durante años, las familias han mostrado un frente público unido durante estos casos, por lo que es muy triste observar esto. Es lo que sucede cuando los abogados intervienen, en mi opinión.
Teniendo en cuenta la experiencia de los últimos dos años, ¿el castigo más probable por difundir mentiras peligrosas se encuentra más a través del sistema legal o de las plataformas?
Como digo en mi libro, el sistema judicial es una herramienta imperfecta para abordar estos daños, pero es la herramienta que tenemos. El sistema legal ha hecho que Jones rinda cuentas por sus mentiras al emitir veredictos históricos para las familias, aunque sean simbólicos en el sentido de que Jones no puede pagarles.
El tribunal de quiebras ha arrojado luz sobre sus finanzas y operaciones comerciales y ha demostrado su cobarde cálculo de que hablar de Sandy Hook provocaba un aumento vertiginoso de las ventas de sus productos. Y, en general, los esfuerzos de Lenny Pozner [el padre de Noah, la víctima más joven de Sandy Hook] para llamar la atención sobre este fenómeno y confrontar a los farsantes, así como los casos legales, han asegurado que Alex Jones estará para siempre indisolublemente vinculado a sus mentiras sobre el asesinato de niños y educadores, y el tormento a sus familiares que surgió de ello.
Esto no era así antes de que las familias lo demandaran. Antes de las querellas, Jones fue entrevistado varias veces en la televisión tradicional después del tiroteo porque se oponía al control de armas, y ningún entrevistador le preguntaba sobre sus mentiras, ni siquiera parecían conocerlas.
Cuando hablamos en 2022, usted era un poco optimista acerca de un cambio de tendencia dentro del Partido Republicano contra las mentiras sobre las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio. El ambiente parece bastante diferente ahora. ¿Por qué cree que la reacción contra esto no tuvo éxito?
En un desarrollo muy deprimente, parece que la mayoría de los legisladores del Partido Republicano han optado por unirse al movimiento de Trump y aceptar sus mentiras sobre las elecciones. Nunca hubiera predicho que tanta gente se uniría a apoyar a los insurrectos del 6 de enero, llamarlos prisioneros políticos o aplaudir el apoyo de Trump hacia ellos en sus mítines.
Algunos republicanos han dicho que temían por sus vidas o las de sus familias si hubieran votado a favor de un impeachment o hubieran optado por una ruptura con Trump después del 6 de enero. Esa es una declaración triste sobre la política de nuestro país. Pero tiendo a creer que esa no es la razón principal para seguir la línea de Trump.
Cuando empecé mi carrera, un mentor me dijo: como periodista, nunca debes subestimar lo que hará un político para ser reelegido. Hice caso omiso de esa regla al expresarle a usted mi optimismo, y aquí estamos.