La crisis sanitaria que estalló en marzo de 2020 por la pandemia de coronavirus que sufrió España empujó al Gobierno de Pedro Sánchez a tomar decisiones inéditas. Decretó el estado de alarma, ordenó el confinamiento general de la población en sus domicilios, y movilizó a las Fuerzas Armadas para que patrullaran las calles, desinfectaran espacios públicos y residencias y realizaran otras muchas tareas ‘civiles’ de apoyo.
Defensa denominó a ese despliegue ‘Operación Balmis’. Intervinieron en él decenas de miles de militares a lo largo de tres meses. Cuando se declaró finalizada la operación, la ministra Margarita Robles anunció que se crearía una medalla especial para condecorar a los militares que habían participado.
Los trámites para crear y regular “la medalla conmemorativa de la operación Balmis para reconocer al personal participante en la lucha contra el COVID-19” se aprobaron en pocos meses, y ya en la Fiesta Nacional del 12 de octubre de ese año el rey Felipe impuso la condecoración a representantes del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire, de la Guardia Real, de la Unidad Militar de Emergencias y del Hospital Central de la Defensa ‘Gómez Ulla’.
Hubo algunas críticas de militares hacia el ministerio, por haber puesto tanto interés en la aprobación “exprés” de esta nueva condecoración, mientras tenía “en el cajón” la Medalla de Campaña: una distinción para reconocer a los militares que participaron en misiones de las Fuerzas Armadas en el extranjero, y que no habían recibido medallas específicas de la ONU, la OTAN... para esas misiones.
Defensa fue aprobando en distintas tandas concesiones de la medalla de la ‘Operación Balmis’. En los primeros meses fueron condecorados el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del aire Miguel Ángel Villarroya, y otros altos mandos, como quien fue comandante del Mando de Operaciones, teniente general Fernando López del Pozo, otra de las caras visibles de las Fuerzas Armadas durante la primera ola de la pandemia.
Eso suscitó críticas de militares de escalas inferiores, que entendieron que se priorizaba a los generales, mientras se retrasaban, o incluso se denegaban, las medallas a personal de Tropa y Marinería, suboficiales... que habían estado expuestos al virus en primera línea. Así que algunos presentaron solicitudes por su cuenta, al verse excluidos por sus superiores, o incluso recurrieron a los tribunales.
Al final se fueron tramitando las propuestas, y a finales de 2021 ya se había concedido la medalla de la ‘Operación Balmis’ a unos 42.500 militares.
Aún en 2023 se aprobaron nuevas concesiones, que no han cesado. El Chivato ha podido comprobar que, pasados más de cuatro años desde que terminó la ‘Operación Balmis’, el pasado 18 de septiembre el JEMAD firmó varias resoluciones para conceder a militares y a personal laboral la medalla conmemorativa del despliegue frente a la pandemia del coronavirus.
En el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa del 27 de septiembre se publicaron esas resoluciones, que suman casi 150 condecorados, ocho de ellos trabajadores civiles del Ministerio de Defensa, y el resto miembros de las Fuerzas Armadas.
El grueso de quienes han recibido la medalla de la ‘Operación Balmis’ en esta tanda pertenecen a las escalas de Tropa y Marinería, y de Suboficiales, pero también hay algunos oficiales y un general: el general de división Luis Cortés Delgado, que ahora es comandante general de Melilla, pero que en 2020 mandaba la Brigada ‘Galicia’ VII, que como otras muchas unidades también se implicó en diversas tareas en la pandemia.
La normativa de esta condecoración exige que los solicitantes participaran en la ‘Operación Balmis’, entre el 15 de marzo y el 20 de junio, en alguna de las diversas misiones que llevaron a cabo las Fuerzas Armadas: desinfección de espacios, traslado de enfermos o fallecidos, apoyo sanitario, patrullas en vías públicas y puntos críticos, refuerzo de fronteras, vigilancia de infraestructuras, transporte y distribución de material sanitario y de alimentos, apoyo a familiares directos de enfermos y fallecidos...
En paralelo, también se han ido aprobando remesas de 900 medallas de campaña en unos casos, o de 750 en otras ocasiones, por misiones en el exterior, como las de Afganistán, Kosovo, Irak, Kurdistán, Albania... Hace unos días se publicó en el boletín una lista de decenas de militares que reciben la Medalla de Campaña por haber participado, en torno a 2018 y 2019, en la misión “Presencia Avanzada Reforzada”, es decir, el despliegue en Letonia con fuerzas terrestres de otros países de la OTAN, como disuasión ante Rusia.