Los productos de tabaco calentado con aromatizantes ya no se venden en España. El Gobierno prohibió en enero su comercialización –la marca más conocida es Iqos, de Philiph Morris–, y en abril la normativa entró en vigor. Los estancos tuvieron un plazo de tres meses para agotar el stock existente. Después, retiraron las unidades restantes, según explican desde la la Unión de Estanqueros a Confidencial Digital.
El tabaco calentado es una forma de fumar relativamente reciente. Utiliza una tecnología que elevar la temperatura de las hojas de tabaco sin llegar a quemarlas. El Ministerio de Sanidad ha alertado de que estos productos están experimentando una rápida evolución, fruto de una agresiva estrategia de comunicación realizada por la industria tabaquera.
Aunque se venden como una alternativa de menor riesgo para los fumadores, contienen nicotina, sustancia altamente adictiva procedente del tabaco, y otros componentes químicos, procedentes de aditivos y aromas añadidos, que son inhaladas por los usuarios a través de la boquilla.
La normativa que se aprobó en enero equipara el tabaco calentado al convencional, lo que conlleva que en su etiquetado figuren las advertencias de que es perjudicial para la salud. El real decreto también incluye la prohibición de que contenga aromas, desde filtros a papeles de fumar o cápsulas que modifiquen el sabor. El Gobierno traspone así una normativa de la Unión Europea de junio de 2023. Los vapeadores se han quedado fuera de esta regulación.
Los dispositivos de tabaco calentado han ganado popularidad en los últimos años. Las autoridades sanitarias consideran que el uso de sabores como estrategia de marketing aumenta el atractivo de estos productos para los jóvenes, quienes pueden percibirlos como menos peligrosos que los cigarrillos convencionales.
Según el último informe de ventas de tabaco en España, publicado recientemente, las ventas de tabaco calentado de Iqos aumentaron un 17%, pasando de 15.000 kilos vendidos en 2022 a más de 17.000 en 2023. Incluso los ingresos de esta marca superan ya a los de Marlboro, según reveló el presidente de Philiph Morris International en Europa, Massimo Andolina, en una entrevista a Expansión.
El Ministerio de Sanidad ya ha anunciado sus siguientes pasos en la estrategia contra el tabaquismo. Una vez aprobado el plan que será la guía para tomar las medidas legislativas –quedó listo antes de verano–, el equipo de Mónica García está ultimando un real decreto que incluirá tres medidas: la prohibición de vender cigarrillos electrónicos desechables, el fin de los saborizantes y el establecimiento de un empaquetado genérico o neutro que no permita utilizar diferentes cajetillas para diferenciar las marcas.
La última Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (Estudes), publicada en 2022, indica que el 44% de los adolescentes de entre 14 y 18 años había probado estos cigarrillos electrónicos, lo que supone más del doble que en 2016. Los expertos advierten de que este tipo de dispositivos se está convirtiendo en una puerta de entrada para el tabaco.