El Partido Popular ha detectado un importante apoyo social a la reducción de jornada a cuatro días semanales. Este es el motivo detrás de que el presidente de la formación, Alberto Núñez Feijóo, apoyara esta medida públicamente el pasado miércoles. El anuncio del mandatario gallego ha pillado por sorpresa a sindicatos, empresarios y al propio Ministerio de Trabajo, que ya propuso esta rebaja en junio del año pasado. También ha encontrado la oposición de algunos dirigentes territoriales como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Por lo pronto, Génova supedita esta reforma a que no empeore la productividad de las empresas, sino que sirva para impulsarla. Además, la iniciativa que plantea ahora el presidente del PP busca reducir un día laboral, sí, pero sumar más horas entre los otros cuatro restantes.
Los populares manejan datos, encuestas internas, que respaldan la decisión de Feijóo: la mayoría de los ciudadanos se posiciona a favor de reducir la jornada de cinco a cuatro días. Una medida que ya se ha implantado en otros países europeos sin mermar en demasía la productividad de las empresas y manteniendo el sueldo vigente de los trabajadores.
Feijóo ha decidido posicionarse ahora a favor de esta medida después de constatar que el apoyo de la ciudadanía es más que mayoritario. Hasta ahora, Génova no tenía datos de cómo había sentado esta propuesta en el electorado ni conocía que el respaldo de los ciudadanos es transversal.
El anuncio de Feijóo, sin embargo, no ha sentado bien en todos los ámbitos. La patronal siempre se ha mostrado reacia ante el temor de que esta iniciativa dañe la capacidad productiva del tejido empresarial. Por eso, la dirección del PP no apoyará la reducción de días laborables si la norma no garantiza que las empresas no solo no pierdan, sino que ganen en productividad.
El Gobierno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha mostrado en contra de la posición de Feijóo: “España no es una isla”, ha asegurado el portavoz del Ejecutivo madrileño en referencia a que la medida restaría competitividad al país en el mercado laboral europeo.
Pero los populares se han marcado precisamente esa amenaza como una línea roja. El partido aún no ha propuesto por escrito su propia iniciativa, pero sí han esbozado algunos de los detalles. La principal diferencia con la propuesta del Ministerio de Trabajo se basa en cómo se reparten las horas de trabajo. Mientras la cartera liderada por la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, defiende no repartir las 8 horas que se eliminan, el PP sí aboga por que se trabajen más horas en el resto de jornadas.
La posición del líder del PP se enmarca dentro de una estrategia de Génova que intenta empezar a proponer medidas a pesar de encontrarse en la oposición. Una fórmula que aprovecha la debilidad parlamentaria del Gobierno para intentar conseguir una mayoría alternativa en el Congreso de los Diputados. En estsa línea, los populares ya ultiman, por ejemplo, su propia ley de conciliación y una nueva normativa sobre vivienda, uno de los temas que más ha desgastado al Ejecutivo, según admiten fuentes de los propios partidos de Gobierno.
En esta hoja de ruta, más propia del líder del Ejecutivo que de la oposición, los populares rehusarán mantener postulados broncos o tajantes, si no que buscarán “un tono centrista y moderado”, abierto a estudiar opciones para marcar diferencias con Vox —que cada vez cae más en las encuestas— y proyectar una mayoría alternativa que le acerque a acuerdos con el PNV.
El Ministerio de Trabajo ha admitido a ECD su sorpresa por la posición de Feijóo. No ha habido reuniones ni contactos entre el equipo de Yolanda Díaz y el líder de la oposición, y el presidente del PP nunca llegó a rechazar la medida.
Sin embargo, sí se ha opuesto a la reducción del horario laboral a 37,5 horas semanales. Ahora, la propuesta del PP sirve también para contrarrestar la reducción de la jornada en la que se ha volcado el Ministerio para convencer a la patronal. En el equipo de Díaz ven con buenos ojos el tono y la intención de Feijóo y lo consideran un avance para poder llegar a un entendimiento en el futuro: “Es muy positivo”, afirman.