El fútbol juvenil está en el foco de atención por las lesiones que han sufrido varios de sus jóvenes talentos. Marc Bernal y Joan Martínez, promesas del fútbol base en equipos como el Barcelona y el Real Madrid, han sido algunos de los casos más recientes de rotura del ligamento cruzado.
Esta lesión, una de las más temidas tanto por jugadores como por cuerpos médicos debido a su gravedad y el prolongado tiempo de recuperación, ha causado estragos en las carreras de muchos futbolistas. Sin embargo, al contrario de lo que muchos creen, no es esta la dolencia más frecuente entre los jóvenes futbolistas.
El doctor José María Villalón, especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, y jefe del equipo médico del Atlético de Madrid, explica a Confidencial Digital que, si bien las lesiones de ligamento cruzado acaparan la atención mediática, las musculares son mucho más comunes.
"Las lesiones musculares siguen siendo las más prevalentes en el fútbol", señala Villalón. En particular, aquellas que afectan a los isquiotibiales suelen ser las más frecuentes. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha detectado un aumento preocupante de lesiones en el recto femoral, un músculo situado en la parte frontal del muslo, que forma parte del grupo de músculos conocidos como los cuádriceps.
La rotura del recto femoral, también conocida como desgarro del recto anterior, es una lesión que puede variar en su gravedad. Desde pequeñas tensiones musculares hasta roturas más serias que requieren un largo proceso de recuperación.
Este músculo, responsable de la extensión de la pierna y crucial en los movimientos de aceleración y desaceleración, es especialmente vulnerable en deportes que implican cambios bruscos de dirección, como el fútbol.
"En el fútbol juvenil se está viendo un incremento notable de lesiones en el recto anterior", advierte Villalón, quien también es doctor en Medicina Física y Rehabilitación del Centro de Medicina Deportiva de Alto Rendimiento en Madrid Vithas/Invictum, del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria.
El caso de Pedro González –más conocido como Pedri– centrocampista del Barcelona, es uno de los más sonados. La joven estrella sufrió una rotura parcial del recto femoral que le dejó fuera de los terrenos de juego durante varias semanas, perdiéndose momentos clave de la temporada pasada. Pero no es ni mucho menos el único que ha estado en esta situación.
Arda Güler, el prometedor mediocampista turco del Real Madrid, tuvo que posponer su esperado debut con el conjunto blanco debido a una lesión en el mismo músculo. Tras una serie de pruebas médicas, se determinó que su recuperación podría alargarse hasta tres meses.
Por su parte, José Luis Gayà, capitán del Valencia CF, también ha sufrido esta dolencia durante la pretemporada, viéndose obligado a parar durante un largo periodo para evitar agravar la situación. En mayo, fue operado con éxito en Helsinki del recto femoral del cuádriceps izquierdo.
Este tipo de lesiones, si bien no son tan devastadoras como la rotura del ligamento cruzado, pueden ser igual de frustrantes para los jugadores, ya que los tiempos de recuperación son inciertos y pueden variar según la gravedad del desgarro. La recuperación suele basarse en tratamientos de fisioterapia intensiva.
"Los ejercicios de fortalecimiento progresivo y la mejora de la movilidad son esenciales", destacan los expertos. Además, en los casos más graves, cuando se produce una rotura completa del músculo, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para reparar el daño.
Las causas de esta lesión son variadas, pero suelen estar relacionadas con la alta exigencia física del deporte. Movimientos bruscos, aceleraciones repentinas y los cambios de dirección son factores comunes que pueden desencadenar tensiones musculares.
Villalón explica que “las lesiones nunca deben ser achacadas a un hecho aislado, ya que son multifactoriales. Existen factores propios del deporte, como los cambios de dirección, donde más se solicita a la estructura muscular, y otros intrínsecos del deportista”. Esto último incluye aspectos como la genética, la condición física y la fatiga acumulada.
Según el doctor, una correcta preparación física y un adecuado control de la carga de trabajo pueden ser clave para prevenir este tipo de lesiones. "Nosotros debemos centrarnos en poder entrenar y corregir esos factores modificables para disminuir el riesgo de lesión de nuestros deportista", subraya.
La preocupación entre los cuerpos médicos de los clubes es palpable, ya que estas lesiones no solo afectan el rendimiento inmediato de los jugadores, sino que también pueden tener repercusiones a largo plazo.
Villalón subraya que "ya se han publicado multitud de estudios en los que se evidencia que uno de los factores más determinantes para el desarrollo de los jugadores es su historial de lesiones". En etapas tan críticas como la adolescencia y la juventud, cuando los futbolistas están en pleno proceso de formación, perder tiempo de entrenamiento y competición puede resultar perjudicial para su desarrollo.
"En estas edades tan sensibles, no solo hablamos de las secuelas físicas que pueden dejar las lesiones, sino también de la ausencia de formación deportiva", comenta el especialista. Esta interrupción en el proceso de aprendizaje y adaptación al deporte de alto rendimiento puede marcar la diferencia entre aquellos jugadores que logran dar el salto al fútbol profesional y los que se quedan en el camino.
"Muchas veces no llega al fútbol profesional el que tiene más talento, sino el que mejor se adapta a las demandas físicas del deporte", añade Villalón.
La proliferación de casos de rotura del recto femoral ha encendido las alarmas en el ámbito médico y deportivo. Con cada vez más jugadores jóvenes afectados por esta dolencia, la prevención y el tratamiento adecuado se vuelven elementos fundamentales para asegurar que los futuros talentos del fútbol puedan desarrollar todo su potencial sin ser víctimas de lesiones recurrentes.
