El Ejército de Tierra no quiere ni una polémica causada porque se le relacione con cuestiones políticas, que pongan en cuestión el principio de neutralidad política que rige en las Fuerzas Armadas y que se trata de mantener a rajatabla.
Confidencial Digital contó recientemente que el Estado Mayor del Ejército había abierto una licitación pública con el objetivo de buscar una empresa que imparta seminarios a una parte del personal del Ejército de Tierra, para que aprendan a utilizar herramientas de inteligencia artificial que se espera que faciliten el trabajo diario.
El pliego de prescripciones técnicas de la licitación lo elaboró la Sección de Transformación Digital (STD) de la División de Planes (DIVPLA) del Estado Mayor del Ejército.
En ese documento se explica qué cursos y qué contenidos pretende el Ejército de Tierra que se imparta a algunos de sus miembros, en primer lugar pertenecientes a la estructura de gestión de la información y el conocimiento, y que luego ellos extiendan en sus unidades un cambio en la manera de trabajar.
La empresa seleccionaba deberá diseñar por completo estos cursos. Eso abarca crear los materiales para cada una de las actividades de los cursos de introducción a la inteligencia artificial y a herramientas que utilizan esta tecnología, como Power BI y SharePoint 2016.
La Sección de Transformación Digital del Ejército de Tierra estableció una serie de “requisitos mínimos de los seminarios formativos”: por ejemplo, que “los materiales estarán en castellano”, y que “las actividades prácticas y de evaluación desarrollarán los objetivos de aprendizaje de cada unidad pudiendo ser casos prácticos o ejercicios con carácter práctico que se asemejen a la realidad que puedan encontrarse en su puesto de trabajo habitual”.
El sexto punto de esa lista de requisitos mínimos es un aviso hasta ahora poco habitual en los pliegos de prescripciones técnicas de las licitaciones públicas del Ministerio de Defensa y de las Fuerzas Armadas:
-- “Bajo ninguna circunstancia se incluirán símbolos, imágenes, videos o audios que atenten contra la neutralidad política de las Fuerzas Armadas ni en los contenidos multimedia ni en los materiales de apoyo”.
Hay que tener en cuenta que en el Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, por el que se aprueban las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, se recuerda de la Constitución y leyes orgánicas posteriores tuvieron “muy presente principios de las Reales Ordenanzas como son las características de las Fuerzas Armadas de disciplina, jerarquía y unidad y el deber de neutralidad política”.
El artículo 5 de las Reales Ordenanzas, sobre la “Actuación del militar como servidor público”, establece que el militar “deberá actuar con arreglo a los principios de objetividad, integridad, neutralidad, responsabilidad, imparcialidad, confidencialidad, dedicación al servicio, transparencia, ejemplaridad, austeridad, accesibilidad, eficacia, honradez y promoción del entorno cultural y medioambiental”.
Además, la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas consagra la neutralidad política y sindical de los militares: “El militar está sujeto al deber de neutralidad política. No podrá fundar ni afiliarse a partidos políticos y mantendrá una estricta neutralidad pública en relación con la actuación de los partidos políticos”.
Esa neutralidad se intenta vigilar en la actuación individual de los militares, y también en la imagen pública que proyectan las Fuerzas Armadas.
El empeño por evitar situaciones que comprometan la neutralidad de las Fuerzas Armadas viene de lejos, desde la Transición de la dictadura a la democracia.
Pero la revolución que supusieron Internet y después las redes sociales facilitó que circularan, voluntaria o involuntariamente, imágenes, escritos, manifiestos... en los que militares se posicionaban políticamente.
La cláusula por la que el Ejército de Tierra advierte de que los seminarios sobre inteligencia artificial deben evitar a toda costa “símbolos, imágenes, videos o audios que atenten contra la neutralidad política de las Fuerzas Armadas” se puede explicar por ese contexto.
Si en uno de estos seminarios, en una presentación de PowerPoint se utilizara alguna imagen, símbolo o elemento con carga política, cualquiera de los alumnos podría hacer discretamente una foto con su teléfono móvil.
En apenas minutos, esa foto podría estar difundiéndose en alguno de los grupos de denuncias anónimas de militares que funcionan en estos momentos. El que más casos de polémicas contra la neutralidad política ha difundido es ‘Ciudadanos de Uniforme’, donde se han publicado algunos casos -algunos ciertos, otros manipulados- de efemérides, comportamientos... de militares que podían entenderse como exaltación del bando sublevado de la Guerra Civil y de la dictadura de Franco.
Cada cierto tiempo las Fuerzas Armadas se enfrentan a polémicas de este tipo, que en ocasiones forman parte de campañas coordinadas, impulsadas por grupos de militares y por partidos políticos, en las que se intenta extender entre la sociedad la idea de que entre los militares hay un amplio sector de nostálgicos del franquismo, ultraderechistas y neonazis.
El Ejército de Tierra ya introdujo algunas cláusulas de un cariz similar en acuerdos firmados con la empresa pública Sociedad Estatal Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España, SAU (ISDEFE) para que realizara trabajos de asistencia técnica y consultoría en ingeniería de sistemas.
En la documentación de varios acuerdos con ISDEFE, el Ejército de Tierra estableció la siguiente cláusula:
-- “En cumplimiento con los criterios de actuación dictados por el EME [Estado Mayor del Ejército], ISDEFE velará por el estricto cumplimiento de los criterios de actuación que garanticen la neutralidad política en las BAE,s [bases, acuartelamientos y establecimientos] del ET [Ejército de Tierra], evitando el acceso o presencia en BAE del ET de personal que porte simbología contraria a dicho principio de neutralidad política de las Fuerzas Armadas”.
“Al no existir cláusula específica sobre uniformidad y vestuario para el personal de la empresa ISDEFE, y de empresas subcontratadas”, se explicaba en esa cláusula en los tres acuerdos entre Tierra e ISDEFE citados, “se refleja en este apartado del Encargo la prohibición y restricción de ostentar por sus trabajadores de signos visibles políticos, religiosos, etc. en su lugar y horario de trabajo”.
En virtud de esa exigencia, el Ejército de Tierra estableció que “ISDEFE deberá comunicar a sus empleados todo lo referente a los criterios a cumplir del deber de neutralidad política, exigir el estricto cumplimiento de las normas éticas y de buena fe derivadas del puesto de trabajo, en especial las correspondientes al decoro, higiene y uso de la vestimenta adecuada para el desarrollo de su trabajo”.
Eso se concretaba en que ISDEFE no permitiera, a los empleados que tengan que acudir a bases, acuartelamientos e instalaciones de Tierra para participar en los trabajos encargados, “ostentar, cualquiera que sea su indumentaria, lemas, insignias, distintivos o emblemas contrarios a la normativa citada; y en caso necesario tomar las medidas oportunas para su cumplimiento”.
