Mel Brooks ha sido una figura icónica en la comedia y el entretenimiento durante más de siete décadas. Brooks ha dejado una marca indeleble en la industria del cine y la televisión por su agudo ingenio, humor irreverente y parodias inolvidables. Sin embargo, como todos los artistas, su enfoque y estilo han cambiado con el tiempo.
Mel Brooks se estableció como un maestro de la parodia en los años 60 y 70. El primer gran éxito de su carrera fue "The Producers" en 1967, una comedia que cuestionaba las normas de la moralidad y el buen gusto, lo que le valió un Premio de la Academia por el mejor guion original. La película ridiculiza tanto al mundo del teatro como a los nazis de una manera que se convertiría en su estilo único.
Durante el año 1974, Brooks presentó dos de sus obras más destacadas: "Blazing Saddles" y "Young Frankenstein". Ambas películas, el western y el cine de terror clásico, son parodias de géneros específicos y están llenas de humor absurdo, sátiras agudas y un gran respeto por las fuentes originales. "Blazing Saddles" fue especialmente revolucionaria por su crítica sarcástica al racismo y a los clichés del cine de vaqueros, mientras que "Young Frankenstein" combinó la comedia con una recreación fiel del estilo visual de las películas de terror de los años 30, mientras que "Blazing Saddles" fue especialmente revolucionaria por su crítica sarcástica al racismo y a los clichés del cine de vaqueros.
Mel Brooks comenzó a suavizar su estilo a medida que su carrera avanzaba hacia los años 80 y 90. A pesar de su irreverencia, su humor se hizo más comprensible y menos controvertido. "Spaceballs" (1987), una burla de las películas de ciencia ficción, especialmente de "Star Wars", es un claro ejemplo de esta transición. A pesar de mantener el tono burlón característico de Brooks, la película no es tan provocativa como sus primeros trabajos.
En 1993, Brooks dirigió "Robin Hood: Men in Tights", un entretenimiento basado en la historia de Robin Hood. Aunque es entretenida y llena de chistes rápidos, la película no tiene el mismo tono satírico que sus películas anteriores. Este cambio es una consecuencia de una tendencia en la industria cinematográfica hacia un humor más comercial y menos arriesgado.
La transición de su carrera de cineasta a una figura más centrada en el teatro y la televisión ha sido el cambio más importante en la carrera de Mel Brooks en el siglo XXI. En 2001, "The Producers" fue una adaptación exitosa de un musical de Broadway que ganó 12 premios Tony. Mel Brooks se mostró más maduro en esta adaptación, capaz de adaptar su humor característico a un formato diferente que atrajo a una nueva generación de espectadores.
Además, Brooks ha contribuido con su voz y humor a una variedad de series animadas y proyectos de televisión, manteniéndose relevante en un panorama mediático en constante transformación. También, su obra ha sido objeto de múltiples elogios y recuerdos, consolidando su posición como una figura legendaria en la comedia.