Nuestros muchachos de la Selección Nacional de Fútbol nuevamente nos hicieron soñar, nuevamente nos unieron en un solo corazón que palpitó al son de nuestra identidad nacional. La Vinotinto batalló en la Copa de América y se despidió del certamen sin perder un solo partido durante los 90 minutos; y quedó afuera por una ronda […]
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Nuestros muchachos de la Selección Nacional de Fútbol nuevamente nos hicieron soñar, nuevamente nos unieron en un solo corazón que palpitó al son de nuestra identidad nacional.
La Vinotinto batalló en la Copa de América y se despidió del certamen sin perder un solo partido durante los 90 minutos; y quedó afuera por una ronda de penales.
Sin embargo, toda Venezuela se llena de orgullo por ese equipo que demostró lo que llaman el #ArepaPower o, también, el poder de la «nutrichicha»; pues, como buenos venezolanos dieron la pelea hasta el final.
La Vinotinto es el ejemplo vivo de cómo somos los venezolanos; perseverantes, aguerridos, nobles y firmes.
Un ejemplo de lo que podemos ser y hacer con la fuerza de nuestra absoluta pasión y fuerza.
Ese equipo nos llenó de energía y sobre todo demostró que ese «Mano tengo fe» es una oración corta y poderosa que nos llena de fuerzas para avanzar y vencer obstáculos.
Y esa misma pasión es la que sentimos millones de venezolanos por el futuro del país y por la liberación de nuestra sociedad.
Tal vez, este año, no logramos la Copa América; sin embargo, estoy completamente seguro –y con un camión de fe– de que sí vamos a lograr la liberación de Venezuela y este 28 de julio lograremos la mayor y más significativa victoria de todas.
Este 28 de julio –como la Vinotinto– vamos al campo a darlo todo y a vencer; vamos a refundar a Venezuela y vamos a derrotar a aquellos que nos han humillado, que nos han golpeado y que nos han marginado por tanto tiempo.
Este 28 de julio es el gran juego de nuestro destino, es la oportunidad de darle un cambio a Venezuela y tenemos un gran candidato: Edmundo González Urrutia y, además, tenemos una gran guía y líder como es María Corina Machado.
Y con ese equipo ganador vamos a darle una paliza a Nicolás Maduro, vamos a «golear» a los culpables de la situación económica, a los culpables del colapso de los servicios públicos; vamos a dejarlos en el pasado.
Pues, María Corina es el futuro y Nicolás Maduro es el pasado. Así de claro, así de sencillo; el mañana es de quienes amamos y luchamos por la libertad.
P.D: Le envío un consejo a Nicolás: oye al presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, quien te acaba de ofrecer asilo en su país. Óyelo y prepara tus maletas.
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