El grandeliga venezolano Gregory Infante, que desde este jueves es en solitario el pitcher con más juegos salvados en la historia de los Tiburones de La Guaira, sostuvo que nunca se vio alcanzando y quebrando la marca, porque hasta hace un lustro poco no era más que un relevista intermedio de los escualos.
Infante, que llegó a 45 rescates en la victoria ante los Caribes de Anzoátegui, dejando atrás a Jorge Julio Tapia, tuvo un recuerdo para Buddy Bailey, el manager que se fijó en su recta poderosa y pensó en él por primera vez para el noveno inning, pero dedicó la mayor parte del tiempo a hablar del equipo, más que de su logro.
“Me siento muy contento por este récord, y muy agradecido con mi familia, que siempre me ha estado apoyando”, declaró al departamento de prensa de los centrales en Puerto La Cruz, tras completar el logro.
“Siempre me mantuve enfocado, tratando de sacar los outs”, agregó. “Tuve un poquito de descontrol, pero gracias a Dios pude retirar el inning”.
Infante tenía claro lo que perseguía, y ya había mostrado su alegría cuando la semana pasada dio caza al tope.
“Hay algo muy importante, como he dicho desde hace días”, matizó. “Estoy muy contento de haber conseguido este récord de Tapia, pero lo más importante para son las victorias, tratar de ganar y ganar. Eso es lo más importante para nosotros, como equipo".
La seguidilla de derrotas demoró la celebración colectiva y personal, que derivó en multitud de felicitaciones para Infante.
“Estaba tranquilo, esperando la oportunidad”, aseveró el cerrojo. “Nunca pensé ser cerrador aquí, hasta que llegó (el manager) Buddy Bailey y dijo que yo iba a ser el el cerrador. He aprovechado esa oportunidad y seguiré haciéndolo”.
El triunfo que sacó a los Tiburones de la última casilla fue una bocanada de oxígeno muy bienvenida.
“Hay que seguir dando lo mejor de cada quien allá en el terreno”, finalizó el bigleaguer. “Si seguimos unidos, dando el ciento por ciento de nosotros, van a salir las victorias”.
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Ignacio Serrano
