El héroe de la cuarta jornada en la Serie Mundial repartió responsabilidades entre sus compañeros, a la hora de hablar de su propio protagonismo
ElPlaneta.com
Steve Pearce se ha labrado la reputación de salir de la banca de los Medias Rojas, para rendir con el bate y convertirse en héroe inesperado de su equipo. Y este sábado lo volvió a hacer. Alineado en la primera base en lugar de Mitch Moreland, disparó un doble y un jonrón, para empujar cuatro carreras y ayudar de manera decisiva a la victoria de los suyos en el cuarto encuentro de la Serie Mundial.
El cuadrangular de Pearce empató la pizarra. El tubey que barrió las bases llenas en el noveno inning le dio a Boston la ventaja necesaria para que el intento de los Dodgers en la baja de ese episodio no pasara de ser una mera anécdota. Pero el toletero derecho prefirió apuntar a los demás, a ser preguntado por su propio rendimiento.
“¡Qué gran noche es esta que hemos tenido, en todos los sentidos!”, exclamó el primera base, después de que los patirrojos vencieran 9 por 6 a los esquivadores y quedaran a sólo un triunfo de llevarse el anillo de campeones. “¡Qué gran victoria en equipo! Este era un encuentro que realmente necesitábamos ganar, después de lo que pasó (en el extrainning del tercer duelo). Amo la capacidad de este equipo para luchar”.
Los bostonianos realmente mostraron ese carácter, al remontar un cotejo que perdían por cuatro rayitas, luego de que los locales emboscaran con cuatro anotaciones en el sexto acto a un Eduardo Rodríguez que les había mantenido a raya durante cinco y fracción.
“Nunca antes había jugado en un equipo que recibiera un puñetazo en la cara y fuera capaz de regresar al día siguiente como si nada, actuando como si todo estuviera bien. Es impresionante”, admitió el slugger J.D. Martínez, interrogado sobre esa capacidad de lucha demostrada por los de Nueva Inglaterra.
Un jonrón de Yasiel Puig en el sexto arruinó la labor del venezolano Rodríguez y pareció ser un peligroso knock down para un boxeador groggy desde la jornada anterior. Pero esta especie de Rocky Balboa que son los 25 hombres dirigidos por Alex Cora emboscó al bullpen angelino, para llevarse el lauro.
“Fue un gran golpe”, reconoció Pearce sobre el tablazo del cubano Puig. “Pero todos estábamos animándonos entre nosotros, tratando de hacer que volviéramos al riel. Este equipo de verdad pelea y fue genial ver cómo respondimos”.
El héroe individual de la fecha rescató la labor de los monticulistas, también.
“Nuestra ofensiva se mantuvo en silencio durante más de 20 entradas”, recordó. “Ante eso, nuestros lanzadores hicieron un gran trabajo”.
Eso incluye el aporte de Rodríguez, que en el tercer choque fue usado como relevista y horas después se ofreció para ser el abridor, como en los tiempos de la pelota romántica, cuando los pitchers de una rotación hacían el esfuerzo de trabajar en días consecutivos.
“Eso fue realmente impresionante”, apuntó el relevista Joe Kelly. “Hacía un buen rato que no comenzaba encuentros, además, y acababa de estar en el montículo. Todo el mundo está cansado en esta época del año, pero la adrenalina ayuda un montón. Y Eddie está siempre calmado, no importa el tamaño del compromiso. Que pudiera llegar tan lejos en el juego fue impresionante”.
Dave Roberts, el manager derrotado, asomó en la otra acera para prometer resistencia a un elenco que sólo necesita un triunfo más para empezar el desfile por las calles de Boston.
“Todavía no estamos fuera”, soltó el manager de los Dodgers, que en 2017 se quedó a un paso de la fiesta, al perder la Serie Mundial contra los Astros. “Nuestros muchachos no han terminado con esto. Haremos nuestro mejor esfuerzo y esperamos ganar”.
Su colega Alex Cora, a punto de convertirse en el primer piloto puertorriqueño en conquistar el Clásico de Octubre, le respondió en rueda de prensa: “Seguimos jugando bien, no hemos parado de hacerlo”.
Publicado en el sitio web del semanario El Planeta de Boston, el domingo 28 de octubre de 2018. Aquí la nota original.
