Habíamos comenzado diciendo que el centro político no existe, que su identidad depende de la posición que adopte en cada momento la izquierda y la derecha. Pero, ¿acaso a su izquierda y derecha las cosas son distintas? La expresión centro político sustituyó a la de modernidad, palabra muy socorrida en los comienzos de la transición. Ya éramos, por fin, la sombra de los otros. Mientras tanto perdíamos el Sáhara occidental, la industria y las creencias.