Desde mi niñez, no recuerdo haber visto un circo de dos pistas. Mira por donde, esta mañana ha renacido ante mí. En una de ellas ha sido la triunfal llegada a una de esas pistas en esa tramoya circense, donde el que iba a ser detenido cuando llegase a esa provincia catalana. Pues no. Ha dado su mitin, ante una multitud de 1.500 simpatizantes y algunos de sus cómplices revolucionarios. Desapareció sin verle nadie.