Cuando no hay una implicación de los trabajadores en la organización esta sufre de unos costes indirectos que afectan a la cuenta de resultados y que pueden denominarse “los costes de la infelicidad” que son aquellos que son producidos por una falta de productividad, como pueden ser: absentismo laboral, problemas derivados por el estrés u otras causas originadas por la falta de motivación, esto viene a ser como un dinero tirado por los desagües.