En el Salón de París de 1955, la puesta de largo del DS “Tiburón” fue todo un acontecimiento. Este automóvil extraordinario no sólo proponía un diseño revolucionario para los estándares de la época, sino que, gracias a innovaciones como la suspensión hidroneumática, aseguraba un nivel de confort y comportamiento en carretera nunca visto hasta entonces.