<p>Y aquí es donde Sánchez ha puesto sus esperanzas de adquirir prestigio entre la izquierda europea, con el aval de sus espléndidos resultados obtenidos en España, lo que lo pone en un plano superior a todo el resto de dirigentes de izquierdas que no han sido capaces de mantenerse en el poder en sus respectivos países y que han tenido que ceder ante los resultados de otros partidos conservadores que los han relegado a los últimos lugares de la política en la propia CE. Se sabe manejar hábilmente y ha conseguido atraer a la, hasta hace poco, temible señora Merkel de Alemania y ha logrado, o al menos lo está intentando, formar pareja con el señor Macron, de Francia, que sigue empeñado, ante las poco afortunadas encuestas que le van rebajando su popularidad entre los votantes franceses, en constituirse en el líder de la CE una vez que, Inglaterra, inmersa en el desconcierto del “brexit” y pendiente del nombramiento de un sucesor para la señora May, ha dejado de ser una nación de referencia dentro de Europa y ahora, la lucha por el poder, se está librando entre las naciones francesa y alemana, ambas dirigidas por gobernantes en horas bajas, lo que le da una especial importancia al hecho de que, los que apoyen a una o a la otra, consigan descartar, en favor de una de ellas, la balanza del poder.</p>