Ángela Lei-Guntareva (22 años) y Ángel García (25 años) son dos jóvenes alicantinos con displasia diastrófica y acondroplasia, discapacidades que afectan directamente su crecimiento. Ángela mide un metro y Ángel, un metro treinta. Su día a día es un reto continuo, comenzando por las actividades más básicas en casa. Aunque sus familiares han adaptado parcialmente la vivienda, tareas tan sencillas como alcanzar un paquete de macarrones en el armario o encender los fogones pueden convertirse en desafíos sin ayuda.