Cambió el trabajo de delineante por otro trazo menos fino, de comercial. Ha recorrido cien o mil veces España para vender los productos que en cada tiempo representó: tubos de fibrocemento, resmas de papel, diversos alimentos, todo tipo de bebidas y licores. Y cualquier cosa que se pueda cambiar por dinero. Preside el Balonmano San Juan, fue directivo del Mar Alicante y participa en casi todas las fiestas y saraos a las que se le invita y olfatea, a veces cargado con un expositor portátil que parece sacar de una chistera ante el público. Algo de magia. Un alicantino fiel y leal con las tradiciones, de aquí y de más lejos. Vive en la casa en la que nació su padre, en el barrio alicantino de Santa Cruz, a los pies del monte Benacantil y de la fortaleza medieval. Un vecino necesario.