El 7 de julio es, por excelencia, un día señalado con tinta roja en el calendario de los pamploneses. La festividad de San Fermín toca a la puerta en los primeros días del séptimo mes del año, cuando el calor empieza a apretar. Que todas las fiestas compartan un denominador común: traspasar horizontes, lo demuestran los seiscientos setenta kilómetros que separan Alicante de Pamplona, una distancia que a cuatro alicantinos y tres monoveros no les ha importado recorrer.