El pasado domingo se celebraron elecciones al Parlamento europeo. De entonces acá, a escala continental el país que en el imaginario colectivo representa de forma más genuina los valores republicanos (en el sentido constitucional del término), digo de Francia, ha estallado, con la derecha dirimiendo en los juzgados si se alía con los ultras de Le Pen o mantiene el cortafuegos, la izquierda resucitando un frente popular que retrotrae a épocas que es mejor olvidar y Macron haciendo un pedrosanchez que no está nada claro que pueda salir bien.