Cada enero, Las Vegas se convierte en el epicentro global de la tecnología con el Consumer Electronics Show (CES). ¿Pero qué significa realmente este espectáculo anual para quienes lo observamos desde otras latitudes? Este año, el CES no solo trajo novedades, sino que abrió preguntas profundas sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas, especialmente desde una mirada argentina y latinoamericana.
La feria reunió a más de 4300 expositores y la participación de 309 empresas de la lista Fortune 500, y nos mostró desde vehículos smarts hasta inteligencia artificial aplicada a tareas domésticas. Una de las grandes estrellas de esta edición fue la inteligencia artificial (IA). Presentada en electrodomésticos, soluciones de movilidad e incluso en televisores que "conversan" con sus usuarios, la IA está redefiniendo la interacción humana con las máquinas.
La inteligencia afectuosa (affectionate intelligence) presentada por LG, que busca humanizar la interacción entre dispositivos y usuarios, es un ejemplo de cómo la tecnología intenta adaptarse a nuestras necesidades emocionales y prácticas buscando una integración que se sienta más humana y cálida.
Esta tendencia hacia la personalización plantea preguntas sobre la dependencia tecnológica y la posible erosión de habilidades humanas básicas. Por ejemplo, en los pasillos pudimos ver que los dispositivos personales también fueron protagonistas, con anillos inteligentes que permiten realizar electrocardiogramas en segundos. Esto plantea una nueva realidad: la salud conectada.
La movilidad también está experimentando una transformación radical. Los vehículos que combinan rutas terrestres y aéreas, como los presentados por Sony y Honda, parecen sacados de la ciencia ficción y nos acerca a un futuro donde el concepto de transporte se redefine por completo. Para América Latina, y Argentina en particular, estas innovaciones ofrecen oportunidades para repensar la infraestructura urbana y rural, pero también desafíos en términos de adaptación y regulación.
La creciente presencia de empresas orientales en el CES 2025 destaca el cambio en el equilibrio de poder dentro del sector tecnológico. Marcas como Hisense y LG, representadas en Argentina por Newsan, han sorprendido con propuestas que priorizan la usabilidad y la integración de la IA en productos cotidianos. Hisense, por ejemplo, ha demostrado su camino hacia el liderazgo global en tecnología.
La feria también ha puesto de relieve la convergencia entre tecnología y sostenibilidad. Las soluciones presentadas no solo buscan facilitar la vida del consumidor, sino también reducir el impacto ambiental. Desde dispositivos que optimizan el consumo energético hasta innovaciones en reciclaje y gestión de residuos, el CES 2025 nos muestra que la tecnología puede y debe ser un aliado en la lucha por un planeta más sostenible.
El concepto de usabilidad, que parece ser el hilo conductor de esta edición, invita a una reflexión final: ¿estamos diseñando tecnologías que sirvan a las personas, o estamos obligando a las personas a adaptarse a la tecnología?
Para los profesionales y empresas de Argentina y América Latina, las tendencias observadas en el CES 2025 ofrecen una hoja de ruta para la innovación y la adaptación. La clave estará en cómo interpretamos estas señales y las transformamos en oportunidades que respondan a las necesidades y particularidades de nuestra región.
De esta manera, CES 2025 no es solo un evento tecnológico; es un recordatorio de los enormes desafíos que enfrentamos al abrazar la innovación. En Argentina, donde la resiliencia y la creatividad son parte de nuestra identidad, tenemos la oportunidad de reimaginar cómo adoptamos estas tecnologías.
