La arquitectura que viene y que guiará los próximos meses está marcada por una conexión con lo orgánico y con la eficiencia energética y la sostenibilidad. Analizamos algunos aspectos que son tendencia para este año que estamos a punto de estrenar.
El impulso de una arquitectura sostenible llegó hace años para quedarse. Los arquitectos siguen buscando respuestas en esta línea con el uso de materiales reciclados o naturales que siempre favorezcan la eficiencia energética y el ahorro en el consumo de energía de los hogares.
Materiales como revestimientos de madera o de piedra natural destacan por su calidez y por durabilidad. Un buen ejemplo en fachadas ventiladas arquitectónicas son las fachadas en madera tecnológica de Louvelia o en su catálogo más clásico los revestimientos en piedra.
Sosteniblidad y eficiencia energética van de la mano. Se buscan modelos de construcción eficientes y sistemas que sean durables, estéticos y permitan mejorar la eficiencia térmica, ayudando a reducir la demanda de energía.
En este sentido los propios edificios buscan gestionar mejor su energía e incluso ser capaces de producirla con integración por ejemplo de paneles solares en fachadas que actúan como cerramiento pero también como generadores de energía renovable que contribuya a su autosuficiencia.
Se habla mucho del diseño biofílico que también está ligado a la arquitectura sostenible y que busca integrar la naturaleza en las edificaciones reduciendo el consumo de energía y siempre orientado a la salud de las personas.
En este campo vemos como cada vez más los proyectistas utilizan elementos y materiales como la arcilla, la piedra o la madera, incluyen en sus proyectos jardines verticales o techos verdes e incluso sistemas de recolección de aguas pluviales.
Las fachadas «green» de Louvelia se adelantaron hace años a esta tendencia de construcción «viva» que implica la propia capacidad descontaminadora de la rizosfera de las plantas aprovechando los paramentos verticales para incrementar las escasas zonas verdes en nuestras ciudades.
En el caso de las fachadas cada vez tendrán más empuje aquellas que sean sostenibles. Por ejemplo la fachada ventilada ya posibilita una mayor eficiencia energética y cuenta cono elementos de integración de zonas verdes en los edificios que permitan la descarbonización.
Los edificios que tienen al «consumo cero» y que minimizan el uso de energía al máximo siguen estando en el centro de las tendencias arquitectónicas.
La arquitectura bioclimática busca aprovechar al máximo las condiciones naturales del entorno para reducir el uso de sistemas artificiales de climatización con un diseño que aprovecha el sol en invierno y minimiza el calor en verano, aprovechando la ventilación natural para enfriar los espacios y maximizando la inercia térmica de los materiales para mantener temperaturas estables.
La esencia de las fachadas ventiladas cumple perfectamente con este concepto de arquitectura y edificación.
La tecnología es una gran aliada para la sostenibilidad y su uso seguirá siendo tendencia en 2025 para favorecer el ahorro energético. Sistemas de control de temperatura y calidad del aire, IA, asistentes virtuales, tecnología aplicada al digitalización del diseño arquitectónico, gestión de datos... todos ellos en suma son elementos que han modificado el concepto de todos los procesos arquitectónicos y de construcción y mejorando la calidad del trabajo y la eficiencia de los proyectos.
En esta línea también se sitúa el impulso de la construcción industrializada que permite utilizar diferentes técnicas y procesos innovadores, reduciendo la mano de obra, en los que destacan la producción de componentes en fábricas, los cuales son transportados a su ubicación final para ser ensamblados utilizando también la tecnología.
La arquitectura del 2025 será una arquitectura sostenible, unida a lo orgánico, cada vez con mayor apuesta por la eficiencia energética y la integración con el entorno utilizando la tecnología como gran aliada. Louvelia estará junto a los arquitectos para ayudarles en hacer realidad sus proyectos.
