El escenario fiscal en Brasil está provocando un deterioro en las expectativas en dicho país, haciendo que los activos financieros sufran.
El dólar en Brasil se disparó a máximos históricos y las acciones cayeron a mínimos desde la pandemia, dejando retornos muy negativos durante el 2024.
Por ahora, el impacto sobre los activos argentinos fue limitado, aunque advierten que la suba del dólar en Brasil afecta la competitividad de Argentina.
A diferencia de Argentina, en donde los bonos y las acciones subieron con fuerza, los activos financieros de Brasil cerraron un 2024 muy malo.
Los inversores en acciones de Brasil cerraron con una pérdida del 35% en promedio.
A principios de año pasado, la moneda de Brasil cotizaba a 4,90 reales por dólar, mientras que cerró el 2024 a casi 6,20 reales, lo cual implicó una suba de más de 25% en el tipo de cambio.
En términos de resultados económicos, el 2024 ha sido un buen año para Brasil, con un crecimiento del PBI de 3,5% interanual, con una tasa de desempleo en 6,2% (niveles históricamente bajos para el país) y una inflación interanual que se ha movido entre 4,6% y 4,9% (arriba del límite superior del Banco Central de Brasil (BCB) cuyo objetivo es de 3% ± 1.5% interanual).
Sin embargo, la perspectiva futura para el país se ha deteriorado producto, principalmente, de las decisiones económicas en materia fiscal.
Los analistas de Schroders agregaron que la dinámica del real en 2024 ha sido muy negativa, siendo el deterioro fiscal determinante para que ello ocurriera.
"Si bien la debilidad del real se observó a lo largo de todo el año, la mitad de la suba del tipo de cambio (de 5,60 a 6,20 reales) se dio posterior a los anuncios fiscales de noviembre pasado. Los economistas esperaban un recorte de gastos en línea con lo anunciado (una baja de 0,3% del PBI tanto en 2026 como en 2027), pero lo que no se esperaba era una suba del mínimo no imponible para el pago de Ganancias", explicaron desde Schroders.
Además, agregaron que, una inflación persistente (arriba del límite superior objetivo del BCB) y una dinámica ascendente del tipo de cambio contribuyeron a que las expectativas de inflación se desanclaran para los horizontes de inversión más cercanos.
"Todo ello hizo que el Banco Central de Brasil tuviera que retomar el sendero de suba de tasas. Y, con los movimientos observados en noviembre, esto podría tomar una velocidad aún mayor", alertaron.
En medio del rally cambiario, la volatilidad financiera creció con fuerza en Brasil. El dólar se ubica en máximos históricos y esto terminó forzando a que el Banco Central de Brasil tenga que vender dólares para frenar el rally del tipo de cambio.
La entidad monetaria se desprendió más de u$s 40.000 millones de dólares desde septiembre para contener al tipo de cambio.
Desde Delphos Investments agregaron que, durante el último año, y en particular los últimos meses, el real sufrió la presión de la inconsistencia económica.
"La economía crecía por consumo, bombeado por un déficit primario creciente, con inflación al alza y a causa de esto, tasas al alza, lo que expande el déficit financiero y aumenta la expectativa de inflación, espiralizando la situación", explicaron.
El rally del dólar obligó al Banco Central de Btasl a tener que vender u$s 40.000 millones de reservas desde septiembre, en subastas a la vista.
Esto es equivalente a toda la acumulación de reservas desde que asumió Lula Da Silva la presidencia.
"Ahora, la balanza comercial comienza a darse vuelta, lo que podría poner un tope a la acumulación. Si bien todavía cuenta con amplias reservas, si descontamos el swap cambiario (casi 6 puntos del PBI) tendría reservas por 13% del PBI. Es un monto que puede permitirle al BCB contener el dólar durante un tiempo, y se ha mostrado propenso a intervenir en estos niveles. Sin embargo, será en vano si no logran recuperar la confianza", alertaron desde Delphos.
Para los analistas de Schroders, el hecho de que el Banco Central de Brasil haya vendido dólares para frenar al dólar es una muy mala señal para el mercado por varias razones.
"Por un lado, no se ataca la raíz del problema, que es el plano fiscal. Además, se intenta detener un flujo con un stock; y finalmente, esta dinámica implica un deterioro de la macro de Brasil. La economía de Brasil está en un sendero de deterioro y acelerando. Si esto sigue tomando velocidad, los spreads soberanos van a reaccionar con una magnitud mayor. Por ello es necesario que sea la política quien rompa con el espiral negativo actual (y, cuanto antes lo haga, mejor)", indicaron.
El escenario global en las últimas semanas ha sido desafiante para los mercados emergentes a causa de que la Reserva Federal de EE.UU. proyectó menores recortes de tasa de interés respecto de lo que había estimado en septiembre.
Esto hizo que el dólar en el mundo se dispare a máximos desde 2022 y que el dólar index suba con fuerza.
Así, el contexto para los mercados emergentes se complicó y sufrieron aquellos países con mayor vulnerabilidad económica.
En ese sentido, Brasil fue víctima del contexto ya que el déficit fiscal del país vecino es de 9,5% del PBI, tocando mínimos desde 2020 y 2021, año de la pandemia.
Los analistas de Adcap Grupo Financiero afirmaron que desde la Argentina, la situación de Brasil con el real parece como una historia conocida.
"La percepción el creciente riesgo fiscal (asociado con los problemas de deuda) ponen de manifiesto la inconsistencia del programa económico. El mismo luce laxo en lo fiscal y restrictivo en lo monetario. Como quedó en evidencia durante la administración de Macri, esta combinación es particularmente vulnerable a shocks de riesgo político", advirtieron.
Además, afirmaron que hoy hay inversores globales desarmando posiciones de Brasil, los cuales habían ingresado en los últimos años para hacer carry trade.
"Durante el proceso de depreciación del real, las inversiones que buscaban beneficiarse por las elevadas tasas en Brasil (operaciones de "Carry Trade") perdieron. Esto llevó a una masiva salida de capitales en durante la mayor parte de 2024", detallaron desde Adcap Grupo Financiero.
Por su parte, los analistas de Balanz coinciden en que la raíz del problema en Brasil es fiscal y por ello creen que luce insuficiente el hecho de que el Banco Central venda dólares para frenar la presión cambiaria sobre el real.
"Típicamente, el objetivo de las intervenciones de los bancos centrales en el mercado cambiario es controlar la volatilidad de la moneda más que la dirección, con lo que difícilmente la venta de dólares pueda frenar la depreciación del real si el mercado percibe que hay un deterioro de los fundamentals del país, como es el caso actual en Brasil", remarcaron.
En ese sentido, desde Balanz entienden que lo que verdaderamente puede tranquilizar al real es que el Gobierno de mayores señales de consolidación fiscal.
"Hasta que eso no ocurra, los activos de Brasil muy probablemente sigan bajo presión. La volatilidad financiera en Brasil por el momento no está afectando a las expectativas de crecimiento en el país, con lo que el problema se profundizaría si las expectativas de crecimiento para 2025 y 2026 se empiezan a deteriorar", afirmaron.
Además, las presiones cambiarias en Brasil tuvieron un impacto en Argentina, con un aumento en el tipo de cambio. El dólar subió 8% en las últimas semanas.
Sin embargo, el rally del dólar luce limitado frente al fuerte avance del tipo de cambio en Brasil y los riesgos de contagio que típicamente sufre la Argentina ante contextos de tensión financiera regional.
El mayor riesgo que sufre la Argentina está relacionado con la pérdida de competitividad que implica la devaluación del real.
Dado que Brasil es el principal socio comercial de la Argentina, la devaluación del real implica indirectamente la apreciación del peso.
De hecho, hoy el tipo de cambio real multilateral con Brasil se ubica en mínimos desde 2001.
El cuanto al impacto más inmediato sobre Argentina, desde Adcap Grupo Financiero señalan que el mismo llega por el canal financiero.
"Una mayor depreciación del real podría dejar en jaque a la política cambiaria del BCRA. Esto podría motivar una postergación en la re-calibración del crawling peg, cuya consecuencia directa sería elevar en la inflación y donde el mercado está sobre optimista para el 2025", alertaron.
Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, explicó que el deterioro de la posición fiscal en Brasil viene llevando a una fuerte devaluación del real en 2024, lo que presiona sobre el peso argentino en términos de tipo de cambio real dado que se vuelve más competitivo Brasil.
De cualquier manera, Franco entiende que las variables locales son más importantes.
"Si bien es cierto que es preferible la menor volatilidad posible para el real, consideramos que Argentina debe enfocarse en la normalización de la economía doméstica para que ello golpee y presione lo menos posible."
El dólar en Argentina no se vio afectado, del mismo modo que los bonos soberanos locales.
Es decir que, pese al contexto global desafiante a nivel internacional y regional, los bonos soberanos argentinos siguieron subiendo.
En relación a las consecuencias de la mayor volatilidad en Brasil sobre los activos argentinos, desde Balanz destacaron que los activos argentinos se vienen manteniendo al margen a la volatilidad financiera en Brasil.
Sin embargo, alertaron que "la depreciación del real expone aún más la apreciación del peso, con lo que mayor depreciación del real podría en algún momento empezar a permearse sobre el peso si es que el deterioro en los precios de los activos de Brasil (moneda y tasas) se sigue profundizando".
Finalmente, desde la mesa de trading de un banco local miran con preocupación la devaluación del real y la apreciación cambiaria del peso.
"La tendencia alcista en el dólar en Brasil no parece que pueda quedar contenida solo con intervenciones del BCB. Esto deja vulnerable a la Argentina a causa de que, cuanto mas se devalúa el real, más se aprecia la Argentina. La pérdida de competitividad de la Argentina sin dudas representa un riesgo cambiario e inflacionario en lo local que estamos monitoreando de cerca", alertó el jefe de trading de un banco de la city porteña.