Los pilotos de la industria automotriz cerraron 2024 con una cara mucho mejor de la que lo habían comenzado. Mantienen el buen semblante de cara a 2025: proyectan un crecimiento mínimo de 10% a 15% en sus volúmenes de producción, impulsados por la recuperación del mercado interno pero, fundamentalmente, por la mayor demanda del exterior, con nuevos proyectos de inversión que, según difundió la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), ya suman u$s 1700 millones.
En números, las terminales radicadas en el país produjeron el año pasado un total de 506.571 vehículos de pasajeros y utilitarios, informó la entidad. El número es una caída del 17,1% desde las 610.715 unidades de 2023, el nivel más alto que la industria automotriz argentina había alcanzado en nueve años. Pero, también, una reversión del camino iniciado en enero, que hasta el 30 de junio mostró un retroceso acumulado en el primer semestre casi 10 puntos superior (26,7%).
En el último trimestre de 2023, las terminales paraban sus líneas de producción debido a la falta de insumos del exterior, impagos por el cepo. Así, arrancaron 2024 con una deuda comercial que superaba los u$s 6000 millones. Si bien el actual Gobierno restableció el abastecimiento hacia adelante, hacia atrás, ese pasivo se resolvió (parcialmente) con el Bopreal, bono ofrecido a los importadores para saldar la deuda con sus proveedores. Pero, pese a que el flujo de piezas se restituyó, las plantas debieron parar en los primeros meses del año para ajustar sus volúmenes a la nueva realidad de un mercado interno en contracción.
"Concluimos un año desafiante que enfrentamos de manera favorable a partir del trabajo conjunto con la cadena de valor y el Gobierno, con medidas concretas para la mejora de competitividad como fue la eliminación del Impuesto PAIS o el decreto de no pago de retenciones sobre las exportaciones incrementales, lo que generó un nuevo escenario, más positivo que el inicialmente proyectado", declaró Martín Zuppi, número uno de Stellantis en el país y presidente de Adefa.
"Estas medidas, junto a nuevas inversiones, así como el anuncio de otras para los años venideros por más de u$s 1700 millones, y las mejoras de productividad en las plantas, permitieron al sector cerrar el año con resultados superiores a los previstos", agregó. Además de la eliminación del PAIS, a lo largo del año, se redujeron aranceles a algunos insumos y, fundamentalmente, se acortaron los plazos de pago al exterior.
Adefa informó que, "con una estrategia y agenda definida", las proyecciones iniciales para 2025 "se presentan de manera favorable". Según Zuppi, los indicadores claves -producción, exportación y ventas domésticas- mostrarán un crecimiento del 10% al 15%. "Este panorama positivo podría verse fortalecido gracias a las medidas en curso", remarcó.
El año pasado, las exportaciones cayeron sólo 3,4%, a 314.735 unidades. Brasil fue el mayor mercado: 225.231 envíos, el 71,6% del total y 17.487 vehículos más que el año anterior.
En tanto, las ventas mayoristas -es decir, de fábricas a concesionarias- crecieron 1,1%, a 411.406 unidades. Esto refleja la reinyección que el crédito y la mayor oferta de modelos hicieron al mercado interno durante la segunda mitad del año. Fue lo que hizo que la caída final de los patentamientos (ventas al público) fuera del 7,9%, a 414.041 0 km (había superado el 35% a marzo).
El sector ambiciona con recuperar las 500.000 unidadesen 2025. Muestra de eso fue el volumen de entregas a las redes comerciales en diciembre de cara a enero, estacionalmente, el mes más fuerte del año: 49.462 vehículos, un 97,3% más que en diciembre de 2023, cuando el mercado estaba literalmente paralizado tras el ajuste cambiario que hizo Javier Milei.
Otro dato descriptivo de la nueva realidad del mercado es el de ventas de vehículos nacionales. Motor del mercado interno en los años anteriores ante la escasez de importados por las restricciones del cepo, en 2024, se vendieron 200.184 unidades producidas en el país, un 26,9% menos que en 2023.