Las proteínas son uno de los tres macronutrientes fundamentales junto con los carbohidratos y las grasas. Estos componentes esenciales son los encargados de proporcionar la energía necesaria para el funcionamiento óptimo del cuerpo, contribuyendo a la formación y regeneración de tejidos.
Los huevos son una de las fuentes más completas de proteínas que se destacan también por ser aptos para vegetarianos. Sin embargo, la forma de cocinarlos puede influir en la conservación de sus nutrientes, convirtiéndolo en una opción saludable para la dieta diaria.
Cocinar los huevos de manera adecuada no solo mejora su sabor sino que también los hace más seguros de consumir y facilita la digestión de sus nutrientes. Los métodos se cocción más saludables para conservar su valor nutricional son:
Huevo duro o poché: estas opciones son las más saludables, ya que el huevo se prepara en agua hirviendo, sin añadir grasas.
Con aceites saludables: usar aceites de buena calidad, como el de oliva, permite preparar tortillas, omelettes o huevos fritos y revueltos, combinando un buen sabor con un buen aporte nutricional.
El huevo es un alimento muy versátil, fácil de incorporar a diversas preparaciones. Algunas formas de sumar el huevo a la dieta son:
Existe una amplia variedad de alimentos ricos en proteínas. Estas se clasifican en completas e incompletas, dependiendo de si contienen todos los aminoácidos esenciales en cantidades adecuadas.
Proteínas completas:
Proteínas incompletas:
La cantidad diaria de proteínas recomendada varía según el tipo de proteínas que se consuman, la masa corporal y el nivel de actividad física. En promedio, una persona necesita alrededor de 1.5 g de proteínas por kilo de peso corporal por día.