El compromiso del Gobierno con el superávit fiscal enfrentará en 2025 desafíos en el frente de los ingresos: la desaparición del impuesto PAIS, la baja de alícuotas, el recorte en Bienes Personales y la duda por las retenciones.
El impuesto PAIS fue el tributo estrella del 2024, impulsado por la suba del tipo de cambio y la mayor base imponible, que lo llevó a representar el 1,2% del PBI. El mismo aumentó un 315%, 56% en términos reales, y recaudó más de $6 billones. Estos ingresos no existirán en 2025 por el fin del impuesto.
Además, los ingresos por el Régimen Especial de Bienes Personales (REIBP) empujaron la recaudación a cambio de adelantar 5 años de pagos por una alícuota reducida. Esto hizo que los ingresos aumentaran un 131,6%, pero se descuenta que se verán recortados en los 4 años siguientes.
Con la baja de algunos ingresos, recuperan relevancia otros impuestos. Entre ellos, se destacan las retenciones, impuesto para el que el Gobierno había proyectado en el presupuesto un aumento del 100,4%.
El Gobierno explicó que la diferencia se sustenta en el aumento de los saldos exportables. Luego, el presidente Javier Milei dijo ante miembros de la Sociedad Rural que el Gobierno estaba comprometido con bajar las retenciones, pero que antes se debía "solucionar el problema de fondo" y que no importaba "cuánta presión haya ni de dónde venga", porque debía respetar el equilibrio macroeconómico.
Según el presupuesto, las retenciones pasarían de representar del 0,96% del PBI en 2024 a 1,43% en 2025, una suba de 0,47 puntos porcentuales.
Las proyecciones para la cosecha indican que crecerá un 5% interanual en volúmen, según Cohen, pero la caída de los precios internacionales hace que su valor ronde el de 2024, con u$s 32.000 millones. Una estimación similar hace la Bolsa de Comercio de Rosario.
Esta entidad espera que en 2025 la recaudación por retenciones sume u$s 8.165 millones, un aumento del 50% contra 2024 ($6 billones). Este valor estaría por debajo de lo recaudado en 2021 y 2022.
Según FADA, el Estado se queda con $64,30 de cada $100 de renta agrícola, presión que aumentó 5,4 puntos desde diciembre de 2023.
La soja en Chicago para enero cotiza a u$s 360, contra los u$s 440 a los que se ofrecía en enero pasado. La expectativa está centrada en la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, y sus medidas que pueden derivar en un fortalecimiento del dólar e implicar una baja de los precios internacionales.
Desde IERAL estimaron que las retenciones del agro ascenderán a $7 mil millones, mientras que por hidrocarburos, sector que, según Rosario, tendría la mayor producción del siglo XXI, ingresarían $1,3 billones, y ascenderían en total a $9 billones, 50% más que en 2024, aunque consideraron que esta estimación podría ser un "techo".
Para 2025, desde LCG estiman que la recaudación ascenderá a $190 billones, un aumento del 8,8% real interanual. "La recuperación de la actividad empezaría a traccionar la recaudación vinculada al consumo, muy rezagada este año", agregaron.
Los otros tributos que ganarán peso son Ganancias, que crecerán en 0,63 puntos y representarán el 5,05% del PBI a raíz de la ampliación de la base imponible, tras la incorporación de la cuarta categoría, y la expectativa de recuperación de los salarios.
Le seguirán los aportes a la seguridad social, que aumentarán 0,5 puntos hasta alcanzar el 5,56% del PBI, y el impuesto a los combustibles, que tendrá un aumento de 0,34 puntos hasta alcanzar el 0,73% del PBI.
El crecimiento esperado para la actividad de un 5% del PBI no alcanzaría a implicar un aumento del IVA, para el que se proyecta una caída de 0,3 puntos.
IARAF señaló que la presión tributaria aumentará 0,55 puntos hasta alcanzar el 22,92% del PBI.