El 2025 abre con expectativas de recuperación heterogénea de la actividad, dudas sobre la sostenibilidad cambiaria y la mejora de los ingresos.
"El mayor problema es la post estabilidad macro", explicó Florencia Fiorentin, economista jefa de Epyca y agregó: "Los logros fueron los superávits gemelos, la baja de la inflación y la estabilidad cambiaria. La contracara fue la caída de la actividad, en especial de comercio, industria y construcción, junto a la baja de ingresos y empleo".
El Gobierno cree que la recesión ya terminó: con qué números lo justifica
La estabilización del precio del dólar y la convergencia de los paralelos hacia el oficial para Martín Polo, estratega en jefe de Cohen, enciende la alarma del atraso cambiario, en especial en un año electoral, los cuales suelen tener mayor volatilidad.
El desafío principal del Gobierno será la salida del cepo, pero desde Cohen no esperan que esto ocurra antes de las elecciones.
La necesidad de acumular reservas para una salida del cepo se verá presionada por una cuenta corriente "cada vez más deficitaria" y se verá presionada por un eventual aumento de las importaciones por la recuperación de la actividad económica y la demanda de la cuenta turismo, sumado al pago de cupones de bonos.
Fiorentin agregó que el amesetamiento de la recesión y la apreciación cambiaria va a incentivar la salida de dólares, ahora ya sin el blanqueo que garantizó un importante ingreso de divisas.
Haroldo Montagu, economista jefe de Vectorial, mostró la misma preocupación, ya que el blanqueo sirvió para mantener el nivel del dólar y la estabilidad cambiaria, pero "en 2025 la duda es qué va a ocurrir con el vencimiento de intereses de capital por u$s 20 mil millones". La ventana de oportunidad concreta que ve es el ingreso de dólares por exportaciones energéticas, en especial por el desarrollo de Vaca Muerta.
"En caso de que no se sostenga la estabilidad cambiaria eso tiene sus consecuencia en términos de inflación, fiscal, etc", agregó Montagu.
El ministro de Economía, Luis Caputo, confía en que alcanzará un acuerdo con el FMI que incluirá la llegada de fondos extra que permitirán la salida del cepo.
Sin embargo, Montagu sembró dudas sobre la posibilidad de un acuerdo "sin que el Fondo pida a cambio una devaluación del tipo de cambio" porque el estatuto del organismo es limitante, pero no descartó que pueda modificarse "o que haya alguna presión de Estados Unidos", aunque aún así lo ve difícil.
El año que se va está marcado por una caída de la actividad. Según el Índice General de la Actividad de Orlando Ferreres, en los primeros 11 meses del año la actividad económica acumula una caída del 4,4%. El FMI estimó para 2024 una caída del 3,5% del PBI.
Fiorentin destacó que el desafío es recomponer los sectores más impactados: "Que haya algo más que estabilidad. Básicamente, que empiece a funcionar un programa de crecimiento económico, no solo de estabilidad. Y es un desafío que no es menor, porque hace años Argentina no crece".
En los sectores se espera una evolución heterogénea. "Vemos el agro, la minería y la energía, que crecieron en 2024, pero son más primarios y exportadores, en detrimento de ramas como industria, comercio y construcción que generan más trabajo", analizó Montagu.
"Es difícil que haya un rebote de estos sectores con salarios tan bajos. El desafío es cómo la economía crece empujada por tres sectores con poca inserción interna", concluyó.
Polo proyectó que en 2025 el agro aportará poco más de lo que registró en 2024: estiman que la cosecha será un 5% superior a la del ciclo anterior, pero que el ajuste de los precios internacionales de la soja y el maíz harán que el valor de la cosecha ronde los u$s 32.000 millones, similar a lo registrado en 2024. Con el esquema de blend vigente, la oferta de divisas en el mercado de cambios ascenderá a u$s 23.000 millones.
Desde Cohen también señalaron que deberá monitorearse si se da la recuperación de la economía urbana, donde más se sintió la recesión.
Para el año que comienza, la expectativa del FMI y del propio Gobierno es que la actividad crezca un 5%.
El crecimiento económico trae como desafío, según explicó Fiorentin, el aumento de los ingresos reales, el empleo, la actividad y la productividad, aunque señaló que este proceso puede darse más allá de 2025, pero comenzará a perfilarse.
El Gobierno espera una inflación de 18% para 2025 y la desaceleración da expectativas de una recuperación de los ingresos.
En CP Consultora señalaron que la baja inflación es condición necesaria para la mejora de ingresos y la caída de la pobreza, pero no suficiente y que "si las velocidades de precios e ingresos, aun descendiendo en términos nominales, van al mismo ritmo, el poder adquisitivo puede mantenerse estancado o crecer muy gradualmente".
La preocupación por el poder adquisitivo y el mercado interno se vincula a que el consumo representa más del 80% del PBI.
Desde Cohen señalan como un desafío para la recuperación del consumo la continuidad del ajuste en las tarifas y el acomodamiento de los precios relativos, aunque son optimistas sobre el resultado que tendrá el Gobierno.
El crédito al sector privado, y el de las familias en particular (a través de préstamos personales, tarjetas de crédito, prendarios e hipotecarios) podría impulsar la recuperación del consumo interno.
Este va a impactar más en los bienes durables, mientras que por el lado del consumo masivo, su dinámica está sujeta a la recuperación de los salarios de la pérdida que sufrieron contra 2023.
En esta línea, el Economic Outlook de Mastercard proyecta un crecimiento del 7% real del consumo en Argentina, mientras que desde Scentia esperan que el consumo masivo trepe un 3%.
Por último, el Gobierno celebra la caída de la pobreza al recuperar la estimación de Martín González Rozada, de la Universidad di Tella, que ubicó a la pobreza en el 36,8% para el segundo semestre de 2024, contra el 52,9% que tocó en el primero.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, advirtió que si bien la mejora de los ingresos permite la reducción estadística de la pobreza, el aumento de los costos fijos entorpece la capacidad de consumo de los hogares.
Desde Cohen señalaron que, si bien la pobreza tiende a la baja, todavía se mantiene por encima de los niveles de 2023, lo que puede sumar ruido en un año electoral.